El terror de Una Sola Fuerza

Entre la necesidad y la zozobra. Así viven los habitantes de la cooperativa de vivienda Una Sola Fuerza, un sector de la parroquia El Recreo del cantón Durán, desprovisto de todo servicio público: agua potable, alcantarillado, electricidad, pero sobre todo, seguridad.

Alrededor de las 20:30 del miércoles, parte de la familia Galarza Vallejo tuvo que huir de sus hogares para poder salvarse de la violenta incursión de unos treinta motorizados que llegaron a la zona, para saquear las viviendas.

El ataque se produjo luego de que uno de los propietarios de las casas se negara a darle un dólar a uno de los integrantes de la banda de ‘Froi’ y la ‘Araña’.

Una especie de ‘contribución’ para poder acceder al sitio y no ser desalojado como a otros vecinos, que prefirieron abandonar sus moradas ante las constantes amenazas que reciben de una presunta organización delictiva que opera en el sector y que tendría entre sus integrantes a una legión de niños para distribuir drogas.

“Como mi nieto no le dio el dinero, el ‘Froi’ lo identificó como familia de ‘Papucho’, que es mi hijo, y vinieron en motos a atacarlo”, narró Alicia Vallejo, madre, abuela y esposa de los afectados.

Entre sollozos, indignación y preocupación, la mujer mostraba todos los destrozos que los vándalos hicieron en las tres casas, una de las cuales servía como sede del Comité Promejoras Amor y Paz, del bloque 3 de Una Sola Fuerza.

Refrigeradoras tumbadas en el piso, televisores y puertas caídas; ventanas destrozadas y hasta paredes derribadas. La escena evidenciaba la violencia con que los ‘froianos’, ‘arácnidos’, ‘Cara de chancho’, ‘Pelo zambo’ y uno de los ‘Mellizos’ ingresaron a las viviendas provistos de rocas y palos, para seleccionar y llevarse lo que quisieron. Todo, por un dólar.

Wellington Galarza, conocido en su familia como ‘Papucho’, cuenta que se ha librado por tres ocasiones de la muerte en manos de ‘Froi’. Un individuo que recién habría salido de prisión y quien, a decir de los perjudicados y de la policía que controla el sector, fue parte de la conocida agrupación de los Latin King.

En enero de 2015, ‘Papucho’ llegaba a su casa, en el bloque 3. De repente, fue interceptado por ‘Froi’ y la ‘Araña’, quienes le pidieron un dólar.

“Si hubiera tenido le daba, pero en realidad venía chiro. Entonces la ‘Araña’ se alza la camisa y me dice ‘te gusta mi pistola’, entonces le pregunté por qué no se iba a robar afuera”. Una respuesta que llevó a ‘Papucho’ a tener de cerca un arma de fuego sobre su pecho.

Pero no era día para morir. La bala no salió y el hombre decidió salir corriendo. Un tercer atentado de la misma banda y una declarada sentencia de muerte, hizo que Galarza vendiera su casa y se fuera a otro lado. La misma policía se lo recomendó.

Hoy vive para contarlo, aunque cada vez que va a visitar a su familia tiene que estar atento a los motociclistas que van a su paso. Unos con buenas intenciones; otros, camuflados en un servicio para trasladar pasajeros, pero que en el fondo los moradores de Una Sola Fuerza saben que está ligado al microtráfico de drogas, en la zona.