
Termino el martirio copero de Emelec
Mañana a las 09:00 llegará al país Mariano Soso, nuevo técnico de Emelec. Observará el Clásico.
Independiente Santa Fe le puso el último clavo al ataúd azul y con el 0-3 con el que se impuso anoche a Emelec en el estadio Capwell, sentenció la peor actuación del Bombillo en la Copa Libertadores.
Los pocos hinchas que asistieron a la ‘Caldera’ se marcharon masticando su enojo. Ayer ya no estaba Alfredo Arias y por ende no tenían al que muchos calificaron como el “culpable de la debacle”, quedando demostrado que el asunto no pasaba solo por el entrenador.
La campaña del campeón ecuatoriano es tan deplorable, que es necesario retroceder hasta 2002 para encontrar números similares al de esta temporada. En aquella ocasión fue eliminado en la fase de Grupo, con apenas 1 punto y -6 de gol diferencia.
En esta ocasión termina su martirio con 1 punto y -8, solo superando en la tabla general al peruano Alianza Lima, que se quedó con 1 y -12.
Con apenas media hora de fútbol intenso, Emelec ilusionó a sus seguidores. Parecía que quedaban atrás los errores en la marca, las desconcentraciones y la falta de entrega de determinados jugadores.
Brayan Angulo inquietó a la zaga colombiana, pero el golero Robinson Zapata respondió bien y envió el esférico por la raya final, cuando el cronómetro marcaba el minuto 6.
Poco después un centro de Robert Burbano pudo haber abierto el marcador, cuando José Moya intentó despejar y obligó a una espectacular reacción del guardameta.
Eso fue todo para Emelec.
En la parte final de la primera etapa cayó en un ritmo cansino y por eso a nadie le sorprendió que William Tesillo ponga en ventaja a la visita.
Viéndose en desventaja, el técnico interino Javier Klimowicz decidió arriesgar, ubicando a Joao Rojas en lugar de Dixon Arroyo. La variante no surtió el efecto deseado, Rojas no fue un aporte ofensivo, el equipo perdió marca y quedó expuesto a los letales contragolpes de Santa Fe.
Wilson Morelo y John Pajoy ampliaron la diferencia en el marcador y sellaron la suerte de un equipo millonario que no fue capaz de quedarse ni con el premio consuelo, la clasificación a la Sudamericana.
Los azules no tienen tiempo para lamentarse. El domingo reciben a Barcelona y necesitan ganar para seguir en la lucha, ahora en el torneo nacional. MGD