Dicen que no hay mal que dure 100 años, pero a los Cachorros de Chicago les duró y 108 para ser exactos. Todo ese tiempo tuvieron que esperar para llegar a su gran sueño y objetivo de conquistar la corona de la Serie Mundial por la puerta grande.

Nada menos que tras remontar una desventaja de 1-3 en la serie al mejor de 7 que disputaron ante los Indios de Cleveland y los 2 últimos triunfos conseguidos de visitantes.

Toda una gesta deportiva que se enmarcó en la épica.

Y es que lo vivido la madrugada del jueves en el estadio Progressive Field de Cleveland, al que llegaron miles de seguidores de Chicago, eufóricos de principio a fin, fue histórico. No importó tener que pagar hasta $ 10.000 por entradas que en el mercado normal valían 1.600. Los Cachorros eran campeones y eso contaba.

En el desenlace, el relevista zurdo Mike Montgomery retiró al emergente dominicano Michael Martínez para el último out con un corredor en base en el décimo episodio del Séptimo Partido y ya todo estaba dicho.

A partir de ese momento, los Cachorros pusieron fin a la sequía más prolongada en el béisbol de las Grandes Ligas al vencer 8-7 a los Indios.

Los Cachorros no salían campeones desde 1908, y lo lograron convirtiéndose en el primer equipo en superar una desventaja de 1-3 en el Clásico de Otoño con victorias como visitante en los últimos 2 partidos desde los Piratas de Pittsburgh en 1979.

“Se hizo realidad. Chicago, esto es una realidad”, proclamó el primera base de los Cachorros Anthony Rizzo. “Lo logramos. Somos campeones. Es algo increíble”.

La ‘Cabra Billy’. Un ‘gato negro’. El aficionado ‘Steve Bartman’. Todas esas maldiciones, supersticiones y fiascos quedaron archivadas cuando el equipo del entrenador Joe Maddon no se vino abajo al hilvanar tres victorias consecutivas para completar la remontada y dejar la serie en un 4-3.

“Nosotros nunca le paramos a esos mitos”, declaró el venezolano Miguel Montero, el tercer receptor que emplearon los Cachorros y que acabó remolcando la carrera que al final estableció la diferencia definitiva.

Zobrist ganó el premio de Jugador Más Valioso (MVP). El jugador fue parte del proceso de reconstrucción que el equipo inició en 2011 y en el que tuvo que asimilar temporadas con más de 100 derrotas. CFH