La tecnología en el intercambio de<br />productos y servicios

La tecnologia en el intercambio de
productos y servicios

El 90 % de las personas destina solo 8 horas para trabajar y generar ingresos. Los autos particulares pasan el 95 % del día parqueados. Existen objetos valorados en $ 533.000 millones que no se utilizan y se desperdicia el 40 % de los alimentos en el planeta.

Este desperdicio de tiempo y bienes es precisamente lo que plantea eliminar o reducir la creciente economía colaborativa o compartida (sharing economy). Se trata de un sistema basado en intercambiar y compartir bienes y servicios con ayuda de plataformas electrónicas y, una de las 10 ideas que cambiarán el mundo, según TIME.

Hasta el año pasado ya existían en el globo más de 5.000 de este tipo de empresas compitiendo con las tradicionales. Entre estas ZipCar y Drivy (autos compartidos), LendingClub (préstamos económicos entre particulares), Airbnb (hospedaje a viajeros que ya funciona en Ecuador), Thredup (intercambio de ropa), Shippify (logística compartida, ideada por ecuatorianos y que da sus primeros pasos en Guayaquil) y Verkami (donación colectiva a favor de creativos).

Estas iniciativas, además de actualizar viejos negocios con la ayuda de la Internet y volverlos mucho más eficientes (el alquiler de vehículos, la entrega de encomiendas o el mismo trueque de objetos que ya no se utilizan) tienen un tinte verde. El compartir y el alquilar cada vez más cosas significa producir y desperdiciar menos, lo cual es bueno para el planeta y para el bolsillo.

También existe un beneficio social. En una época en que según nuestros padres y abuelos nos aislamos por culpa de la tecnología, sucede todo lo contrario. Compartir cosas - incluso con extraños que se conocen en línea - permite hacer conexiones significativas. Lo dice Rachel Botsman en su libro ‘Lo que es mío es tuyo: el auge del consumo colaborativo’: El intercambio entre pares implica la reaparición de la comunidad, la gente aprende nuevamente a confiar en los demás.

Lo dijo Unión Europea en el 2014: “El consumo colaborativo representa una ventaja desde el punto de vista innovador, económico y ecológico de la economía de la producción por la economía del consumo. Además supone una solución a la crisis económica y financiera en la medida que posibilita el intercambio en casos de necesidad”.

Esta revolución que surge gracias a las nuevas tecnologías, genera ingresos no solo para el creador de las plataformas. También ganan los oferentes quienes pueden sumar extras prestando su tiempo o bienes que no utilizan. Mientras que los demandante sin duda encontrarán un ahorro significativo.

El éxito de esta forma de consumir, que aunque requerirá de ciertas regulaciones en cada sector, revela una sociedad que quiere cambiar la manera en la que vive. Veamos cómo nos va.