Tatiana, la primera soldado guia de canes en las FF. AA.

A sus 25 años, con el rango de soldado, Tatiana Huilca Lucio ha comenzado a escribir más páginas de historia sobre la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas.No solo es la primera mujer, de la tropa de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en p

A sus 25 años, con el rango de soldado, Tatiana Huilca Lucio ha comenzado a escribir más páginas de historia sobre la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas.

No solo es la primera mujer, de la tropa de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en participar en los patrullajes en la frontera norte, sino en ser la primera mujer militar que asume el reto de convertirse en guía de canes.

Aquella decisión la tomó después de retornar de Lago Agrio, en la provincia nororiental de Sucumbíos, a donde fue desplegada en el 2015 para patrullajes de 21 días por la zona selvática de Santa Rosa de Llanumaru.

En uno de los tantos recorridos en que participó su patrulla libró un fugaz enfrentamiento con presuntos insurgentes colombianos. El miedo que sintió en ese momento la llevó a fortalecer su deseo de superación y preparación para servir al país, en una institución donde predominan los hombres. No le basta haber hecho el curso de selva y ser paracaidista. Ahora quiere llegar a ser guía de canes para la detección de alcaloide.

Hace cinco meses, Tatiana inició el curso que le permite ser hoy la primera guía de canes en la FAE y en el resto de las Fuerzas Armadas.

Al principio tuvo miedo de no poder lograr el objetivo, pero decidió no dejarse amilanar por nada. Sobre sus hombros estaba la presión por la gran expectativa que tenían sus superiores, entre ellos, su instructor, el sargento primero Sixto Collahuaso, quien durante los últimos trece años ha entrenado a guía de canes, todos hombres, para la búsqueda y rescate de personas, la detección de explosivos y drogas y la protección de personas.

En el grupo de 19 alumnos, Tatiana era la más pequeña y parecía la más débil. Pero ostenta las primeras antigüedades de su promoción. Con su fuerte personalidad pronto demostró que podía con el pastor alemán que le habían asignado. Brando era rebelde. Al principio rechazaba a su instructora, pero la primera etapa de familiarización y aprendizaje con el perro terminó con un buen resultado: se complementaron.

Tatiana aprendió a bañarlo, peinarlo y alimentarlo. Durante cinco meses, ella ha pasado con el perro, de lunes a viernes, de las cinco de la mañana hasta las seis de la tarde.

El animal de año y medio de edad, que ya está en su etapa adulta, ha sido quien le ha puesto la nota todas las semanas. En dos ocasiones, cuando tuvo notas bajas, tuvo que quedarse el fin de semana en el cuartel para practicar con el perro hasta lograr que pudiera ejecutar los ejercicios.

Ahora, luego de 720 horas de entrenamiento, ella y el animal son inseparables y él responde a cada uno de sus órdenes. Con una sola palabra, Brando es capaz de abalanzarse sobre quien ella mande. Puede morder el brazo y dar vueltas en el aire sin soltarlo. Solo lo hace cuando escucha la orden de su amo de hacerlo. Así, ambos están listos para la protección de personas y para ascender escalones en sus carreras.