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Tame pierde pista en el mercado aereo

La aerolínea, golpeada por problemas financieros, redujo su flota operativa, las rutas y la capacidad de asientos, lo que ha afectado la imagen del servicio.

Tame pierde pista en el mercado aéreo

Vuelo bajo. La mala salud financiera tiene en jaque a la aerolínea de bandera nacional. Tame EP reporta que la falta de recursos se hizo más evidente desde el segundo semestre de 2016, lo que no permitía tener a todas las aeronaves operativas debido a mantenimientos no programados.

Esos contratiempos, presentados de forma recurrente, han afectado la imagen del servicio de la empresa aérea.

Debido a su difícil situación, la empresa ha descartado -al menos por ahora- la posibilidad de evaluar nuevas rutas. Por el contrario, el año anterior tuvo que suspender siete (cuatro internacionales y tres nacionales), según reportó en su último informe de rendición de cuentas.

La compañía aérea informó a EXPRESO que hoy cuenta con 14 aviones (incluidos dos que están en proceso de devolución) y que en noviembre de 2016 realizó una reestructuración de los itinerarios adaptada a la disponibilidad de las aeronaves para evitar problemas que afecten la imagen del servicio.

Las quejas de los usuarios por inconvenientes y retrasos son constantes. La administración de la empresa asegura que la aerolínea registró un promedio de puntualidad del 84 % en el primer semestre de 2017.

Tame se mantiene como la primera aerolínea en cuanto a participación en el mercado nacional, pero ha cedido espacios. En 2016, contabilizó el 39 % de los vuelos de los aeropuertos locales, pero redujo su capacidad de asientos en un 15 %, según un reciente informe publicado por la Red de Noticias y Análisis de Aerolíneas, un reconocido portal especializado del mundo aeronáutico.

En 2017, la participación de Tame en la capacidad de asientos en el mercado nacional ha seguido disminuyendo hasta situarse en algo menos del 30 %. Avianca ocupa ahora un poco más del 24 % y Latam Ecuador un 19 %, de acuerdo con la publicación.

Enderezar rumbos en la gestión operacional es una prioridad para la compañía aérea nacional, estiman entendidos consultados por este Diario.

“Todas las aerolíneas tienen problemas de cancelación o demoras, pero la diferencia está en la aplicación del manejo de crisis, y me parece que Tame está teniendo problemas en este punto y debe revisar sus procedimientos”, opina Nicolás Larenas, corresponsal de publicaciones internacionales del mercado aeronáutico.

Él cree que el principal error ha sido no mantener una sola línea gerencial. “Esto provoca que no exista un plan a mediano plazo y a futuro que se haya cumplido, lo que ha afectado la planificación y toma de decisiones”.

¿Las deficiencias en el servicio de la aerolínea pueden afectar el turismo y la imagen del país? “El impacto será siempre negativo, porque los pasajeros exigen y exigirán siempre seguridad, puntualidad, buen mantenimiento a las naves, eficiencia en los pilotos y buen servicio por parte de sobrecargos y azafatas. No cumplir con ello es arruinar la aerolínea”, sentencia Jorge Suárez, expresidente de la Asociación de Operadores y Agencias de Turismo.

Pero salir de los números rojos se ha tornado cuesta arriba. La compañía, que reporta pérdidas desde 2013, no entregó cifras de su actual situación. Argumentó que se encuentra en la implementación de normas internacionales de información financiera que permitirán incluir los ajustes relacionados con la industria universal.

Según datos provisionales colgado en su página web, el año anterior, los ingresos fueron de $ 194’098.175, pero sus gastos llegaron a 222’102.650, por lo que tuvo un saldo negativo de $ 28’004.475.

Larenas cree que Tame necesita capitales frescos y la asesoría de algún gran grupo aéreo que le permita mejorar sus operaciones, rutas, servicios y canales tecnológicos de venta y servicio al cliente. Lo referido requiere de grandes inversionistas, cuya búsqueda fracasó en mayo pasado, al declararse desierto el concurso para tener un socio estratégico.

El vuelo 173 y la seguridad en juego

Tras superar un desperfecto que atrasó un vuelo Miami-Quito, en una aeronave de la extinta Ecuatoriana de Aviación, dos señoras empezaron a gritar ¡Se incendia el avión! Pero lo que ellas habían visto era la normal estela de fuego en el escape de un motor. Cuando el avión llegó a Quito y se parqueó, ingresó la policía. El capitán había reportado lo que en aviación se conoce como motín a bordo. Las señoras con sus esposos fueron apresados. La anécdota la cuenta Jorge Suárez, para quien es inaudito lo ocurrido el pasado 21 de julio en el vuelo 173 Quito-Cuenca, de Tame. “Ningún pasajero puede exigir lo que va contra la reglamentación más necesaria: seguridad”, afirma.