Rito. Los sabios se unieron para, a través de una limpia, alejar las malas energías que impulsan a quitarse la vida.

Los suicidios en Pujili se previenen con rituales

Según la creencia del sector indígena, los suicidios siempre son promovidos por espíritus del mal.

Un sonido agudo se escucha por toda la comunidad. La gente se pone alerta y se deja guiar. Es el eco del churo sagrado tocado por el yachak Olmedo Cayo, de la Asociación de Colaboradores de la Salud Comunitaria, Cosmovisión y Sabiduría Ancestral Andina ‘Yachaks’, del cantón Pujilí, provincia de Cotopaxi.

La alerta era para anunciar el inicio de la Ceremonia de Sanación en conmemoración de la Semana de Salud Mental impulsada por el Ministerio de Salud Pública.

Esta vez el Distrito de Salud Pujilí-Saquisilí se centró en la prevención de suicidios y en cómo conjugar armónicamente la salud física, mental y espiritual en los pueblos ancestrales.

Según la creencia del sector indígena, los suicidios siempre son promovidos por espíritus del mal.

El aroma a frutas maduras se mezclaba con el de las hierbas amargas. En el aire se respiraba paz. En el piso, cuidadosamente distribuidos estaban el tradicional puro y el agua de colonia florida, que son elementos esenciales para la purificación del espíritu, desde el punto de vista de la cosmovisión andina.

Taita Inti (Padre Sol) mostró su resplandor y los yachaks (sabios), parteras y sanadores, en conjunto con los moradores de la parroquia La Victoria, levantando las manos hacia los cuatro puntos cardinales comenzaron a dar gracias a la Pachamama por la salud y la sabiduría brindadas.

“Pachamamita, te agradecemos porque con tu calor nos cobijas siempre, porque desde tu vientre nos das los alimentos que necesitamos y nos permites tener remedios para que nuestros hijos e hijas sean sanados de sus dolencias físicas y espirituales”, fue la oración de agradecimiento de Víctor Mena, yachak presidente de la asociación.

Nuevamente el sonido del churo sagrado se hacía sentir, mientras cada uno de los participantes elevaba una oración personal para pedir la bendición de la Pachamama y Taita Inti. Para eliminar los espantos y abrir paso a las buenas energías los sanadores, luego de pedirle permiso a la tierra, comenzaron a hacer limpias con hierbas amargas maceradas con puro, como se realiza desde hace milenios.

“Con estas hierbas sacamos las malas energías, los sentimientos de angustia y las más profundas tristezas. Así quitamos todos los males que la gente pueda estar cargando en su mente y su alma. Son esos malos pensamientos los que pueden llevarnos a querer quitarnos la vida. Todos debemos entender que somos seres de luz valiosos, que tenemos un propósito en esta tierra”, añadió Mena.

Entre oraciones llamaban a la madre naturaleza para que conceda sanación del alma a quienes llevan cargas muy pesadas. E invitaron a la comunidad a acercarse más a la naturaleza y sus dones, para así encontrar bienestar en sus pensamientos, sus sentimientos y su cuerpo.

Para Paola Zeta, psicóloga del Distrito de Salud Pujilí-Saquisilí, estas actividades son de suma importancia, puesto que las comunidades andinas prefieren acercarse hasta sus propios sanadores antes de recurrir a la medicina occidental.

“Todos estamos en capacidad de hacer una primera intervención para ayudar a una persona desesperada, mucho más si la persona al borde de la desesperanza confía y tiene fe en sus creencias ancestrales. Por eso permanecemos en contacto constante con nuestros yachaks para que ellos nos ayuden a identificar quién puede estar necesitando intervención psicológica y así prevenir los suicidios”, indicó la especialista.

Los colaboradores de la Salud Comunitaria, Cosmovisión y Sabiduría Ancestral Andina ‘Yachaks’ del cantón Pujilí son 58, entre yachaks, parteras y sanadores.

Al finalizar el ritual siempre se reparten los elementos en una pamba mesa.

Para la comida comunitaria, son los comuneros quienes toman una porción de sus mejores cosechas para compartir. Es una especie de diezmo, explican los sabios. (F)