
En la Stella Maris se dramatiza el viacrucis
Los miembros del grupo juvenil Stella Maris (20 integrantes) llevan dos meses ensayando para el viacrucis del Viernes Santo. No es que se necesite practicar tanto para acompañar en la caminata del Guasmo, la cual se ha vuelto una tradición en esta part
Los miembros del grupo juvenil Stella Maris (20 integrantes) llevan dos meses ensayando para el viacrucis del Viernes Santo. No es que se necesite practicar tanto para acompañar en la caminata del Guasmo, la cual se ha vuelto una tradición en esta parte de la ciudad. Los jóvenes hacen algo más durante el recorrido de esa tarde.
Fue hace cuatro años que el grupo decidió mostrar el viacrucis, sentirlo, vivirlo, y hacer que los demás también puedan hacerlo. “Quisimos dramatizarlo”, dice Katherine Carriel, una de las coordinadoras de la célula juvenil.
George Meza y David Lucas serán protagonistas este año. El primero representará a Jesús; el segundo, al soldado cruel.
Carriel recuerda que con el dramatizado de cada año consiguen que la gente se meta en la escena. “Cuando mi amigo, el que hace de soldado, le pega a Jesús, la gente llora, le grita, le pide que lo deje. Es algo que impacta porque la gente siente ese momento como el que debió vivir Jesús”, relata la joven, quien se emociona al recordar cómo el trabajo de ella y de sus compañeros cala en los corazones de la muchedumbre que acompaña el recorrido.
El viacrucis de Stella Maris se realiza desde 1983 y empezó de la mano de monseñor Olindo Espagnolo (+), fundador de esa comunidad, dice el párroco Eloy Díaz Rivas, quien por estos días coordina con los grupos y comunidades de la iglesia la celebración de la Semana Mayor, con las actividades que inician el Domingo de Ramos.
Los jóvenes sacan tiempo por las tardes y después de la misa de los domingos para reunirse y ensayar. “Debe ser algo perfecto, por lo que leen y releen las escrituras, miran películas de la pasión de Cristo y se dirigen entre ellos para ir mejorando la escena”, dice Carriel.
El padre Eloy los apoya y está agradecido con los feligreses que están colaborando para ese día, pues está prácticamente como nuevo en la parroquia. Llegó en diciembre al santuario que dirigió entre el 2007 y el 2008.
El padre destaca la colaboración tanto de los jóvenes como de los adultos. “Son personas, y familias que ayudan a la iglesia de diferentes formas”, dice.
Una de ellas es la implementación del altar en sus hogares, que servirán de estaciones para recordar el paso de Jesús desde que es llevado ante Poncio Pilato hasta la crucifixión.
Son catorce lugares que se distribuyen a lo largo de las calles por donde pasa el viacrucis. En este camino, la primera estación se hace en la casa de Marco Chasi y su esposa, Bertha Yanchaguano, quienes llevan diez años participando.
Marco considera “un privilegio ser parte del viacrucis. Sobre todo que nos hayan tomado en cuenta para ser parte de la primera estación”.
Los esposos Bertha y Marco, devotos de la virgen de Las Lajas, armarán el altar el viernes por la mañana, el que incluye las imágenes de la Familia Santa, flores y una gigantografía de 3 por 2.2 metros, que han mandado a elaborar con la imagen del primer episodio de la pasión de Cristo.