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Sometimiento petrolero a China

Desde que surgió en la Amazonía la producción y exportación petrolera, y a partir de que su primer barril se envió al exterior (1972), esta ha definido múltiples procesos que han afectado al conjunto de la economía y de la sociedad ecuatoriana. Por eso lo que hoy ha salido a la luz respecto a las particulares, misteriosas y hasta secretas formas de negociar el petróleo con empresas chinas y tailandesas llama mucho la atención.

Cuando los investigadores se adentran en el conjunto de laberintos y recovecos creados por el anterior gobierno para ocultar el objetivo final: los negociados con los hidrocarburos, se revelan múltiples actos de corrupción. El país encuentra evidencias de situaciones obscuras, ocultas e indignantes. Esto se ha dado, especialmente, en lo que se refiere a un hecho singular de “nacionalismo revolucionario”, ya que el régimen pasado siempre apeló a la “necesidad de defender la soberanía y la riqueza nacional petrolera”.

Sin embargo, cuando se revisan documentos, contratos, cifras, precios, así como el itinerario y ruta que han tenido los miles de millones de barriles de petróleo que se negociaron en el anterior gobierno con los chinos, se llega a descubrir una verdadera ‘des-soberanización’, agravada por hechos y actos de corrupción.

Esta situación de sometimiento con las compañías chinas y tailandesas se inició en 2009. Desde ahí hasta el 2017 hay todo un proceso nada transparente de comercialización. Desde ese año el país ha recibido 18 mil millones de dólares de crédito del gobierno chino. La contrapartida implicó el compromiso de entrega de 1.204 millones de barriles hasta el 2024. Esto señala que se hipotecó la riqueza hidrocarburífera.

Las investigaciones establecen que en esta singular situación aparecen diferenciales de precios que van de 4 a 6,45 dólares por barril durante 5 años. Cuando este valor se multiplica por 81,4 millones de barriles comercializados se llega a la cantidad de 525 millones de dólares. Pero hay más, pues el total del negociado con las petroleras de China y Tailandia aparentemente produjo un perjuicio de 2.200 millones de dólares.

Este “juego” curioso de negociados y ocultamientos, así como de diferenciales de precios en la comercialización de hidrocarburos que realizó el gobierno anterior revela un verdadero sometimiento petrolero del Ecuador a China.