Entrega. Néstor Marroquín hizo oficial ayer su renuncia como veedor de las organizaciones políticas ante el CNE.

La sociedad civil se mide para contar votos

Ojos no van a faltar. O al menos eso esperan varios grupos de la sociedad civil que se organizan para vigilar las elecciones de presidente, asambleístas y parlamentarios andinos de febrero próximo.

Ojos no van a faltar. O al menos eso esperan varios grupos de la sociedad civil que se organizan para vigilar las elecciones de presidente, asambleístas y parlamentarios andinos de febrero próximo.

Dicen que lo van a hacer cumpliendo un deber cívico, pero tienen otra razón de peso: la desconfianza que les genera la forma en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha manejado el proceso.

Esa fue la razón por la que el técnico electoral Néstor Marroquín renunció ayer como auditor acreditado por las organizaciones políticas ante el CNE. Pese a entregar supuestas pruebas de inconsistencias en el registro electoral, afirma que estas no se habrían tomado en cuenta para su aprobación, el 4 de octubre.

“De ser así, tendríamos un registro con un margen de error cercano al 7,75 % (...) Si acepto eso me convertiría en cómplice de un proceso no transparente y poco justo”, aseveró Marroquín.

¿Qué propone? Seguir auditando desde afuera de las oficinas del CNE. Asegura que por redes sociales le han contactado varios grupos que le piden no detenerse y, más bien, que les incluya en la veeduría.

Algo más sólido tiene el exdiputado socialista Diego Delgado y el Frente de Defensa Nacional, con sede en Cuenca. Ellos entregarán el jueves próximo varios documentos a la Comisión Cívica contra la Corrupción y le pedirán que actúe como observadora.

Jorge Rodríguez, miembro de este organismo ciudadano, indicó ayer a EXPRESO que una vez que cuenten con la información, el directorio de la comisión definirá el camino a seguir. “Pero que hay que vigilar, hay que vigilar, porque se nos viene un proceso muy complejo”, manifestó.

Pero estas acciones por separado no tendrían mayor impacto. Esa es la hipótesis que maneja Solanda Goyes, del colectivo Nosotras por la Democracia.

Ella apoya la iniciativa ‘Ojo con tu voto’, que es una aplicación móvil impulsada por el Observatorio Ciudadano Electoral. Este busca reclutar a unas 42 mil personas que enviarán reportes de campaña anticipada, uso de recursos públicos y posibles irregularidades el día de los comicios.

“Pero este debe ser un trabajo conjunto de los ciudadanos y de las organizaciones políticas que tienen la infraestructura. Si cada quien decide ir por su cuenta, lo más probable es que nadie termine vigilando, como en otras elecciones”, dijo Goyes.

Un cuarto grupo que se organiza es el de los militares y policías en servicio pasivo. Ellos apelan a la estrategia de estar diseminados por todo el territorio.