CARONDELET
Para viabilizar la gobernabilidad, el régimen debería adoptar la estrategia de quitarse el protagonismo.ANGELO CHAMBA

Sobrevivir, el desafío hasta 2025

Guillermo Lasso se enfrenta a su estocada final en el eventual juicio político. De librarse, la gobernabilidad será el mayor reto para no caerse

Terminar el mandato será el verdadero desafío. A pesar de que la esfera del análisis político considera que el posible juicio en la Asamblea al presidente Guillermo Lasso es el momento más crítico de su Gobierno, por el coctel de acusaciones (que van desde el presunto cometimiento de los delitos de concusión y peculado hasta la supuesta inacción del mandatario ante el conocimiento de las operaciones de la mafia albanesa y sus conexiones políticas en Ecuador), analistas consultados por Diario EXPRESO señalan que, de no prosperar el enjuiciamiento político, la verdadera preocupación del Ejecutivo deberá ser encontrar la fórmula para no caerse antes de los comicios generales de 2025.

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Sin embargo, según continúan, el Gobierno Nacional no debería ser quien lidere la búsqueda de esa solución por la menoscabada reputación que tiene ante la ciudadanía. Según encuestadoras como Cedatos y Market Asesores, la gestión del primer mandatario en promedio bordea el 62 % de desaprobación. Por el contrario, en lugar de querer ser protagonista de su propia salvación, el régimen de Guillermo Lasso debería generar las condiciones propicias para que la ciudadanía, representada por las organizaciones sociales y gremios, encabece un ‘gran acuerdo nacional’ con acuerdos mínimos para entorpecer lo menos posible la gestión del presidente y evitar nuevas crisis hasta el término de su mandato.

ProcesoEl 16 de marzo de 2023, Viviana Veloz, del bloque de UNES, presentó el juicio político contra el presidente Lasso respaldado con 58 asambleístas.

“¡El Gobierno está solo!”, señala César Rohon, ingeniero y exasambleísta que además indica que el Ejecutivo no puede librar dos luchas (el enjuiciamiento político y restaurar su aceptación) al mismo tiempo por su fragilidad política. “El Gobierno tiene que avanzar conforme a las circunstancias, casi vivir un día a la vez”, analiza el exlegislador y destaca que, hasta el momento, el presidente Guillermo Lasso se ha visto marcado por múltiples momentos que han abonado al debilitamiento de su régimen.

Uno de ellos se dio al inicio de su mandato, cuando su partido político decidió apoyar a Guadalupe Llori para que llegue a la Presidencia de la Asamblea Nacional, en lugar de al socialcristiano Henry Kronfle, como luego se supo habían acordado. Asimismo, entre otros momentos, cuando el mandatario acusó a cinco asambleístas de Pachakutik de pedir dinero a cambio de apoyo legislativo. Señalamiento que luego descartó.

Ponerse de rodillas cada tres meses tampoco es la solución que estamos buscando los ecuatorianos.

Lourdes Luque, analista política
Dato. En esta asamblea participaron, según Iza, delegaciones de 81 organizaciones sociales, entre federaciones indígenas, estudiantiles y otros colectivos civiles.

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Sin embargo, el paro de junio de 2022 fue uno de los momentos claves que sumaron al debilitamiento del Gobierno Nacional, principalmente porque luego de 18 días de movilizaciones y millonarias afectaciones a la productividad del país, el Ejecutivo firmó el Acta por la Paz con varias organizaciones sociales, entre ellas la Conaie, y entabló mesas de diálogo que ahora esas mismas organizaciones ponen en entredicho.

Por estos casos y demás, que han sucedido durante apenas la mitad del mandato de Guillermo Lasso, la analista política Lourdes Luque hace hincapié en que el Ejecutivo no debe ser quien lidere la búsqueda de la fórmula de la estabilidad para que el presidente no se caiga antes del término de su mandato. “El presidente no tiene un frente político. En el hipotético caso de que no prospere el juicio político, tiene que traer a varios perfiles que puedan viabilizar la construcción colectiva de acuerdos mínimos”, plantea Luque, quien explica que, a la par, el Gobierno debería relacionarse con líderes políticos que estén alejados de oscuros intereses, como la corrupción, el narcotráfico o el tráfico de influencias.

Sin embargo, al ser cuestionada sobre si lograr estos acuerdos mínimos implicaría que el Gobierno ceda y sea más permisivo con las demandas sociales, Luque señala que los acuerdos que se concreten deben ser construidos de tal modo que estén en concordancia con los intereses nacionales. “Ponerse de rodillas cada tres meses tampoco es la solución que estamos buscando los ecuatorianos”. Y reitera que la búsqueda de la ciudadanía sería la vía para “escapar del espiral de lo negativo”.

EL DIÁLOGO, RECHAZADO POR LOS PARTIDOS

Tras la victoria del ‘no’ en el referéndum propuesto por el Ejecutivo en los comicios del 5 de febrero de 2023, el presidente de la República, Guillermo Lasso, convocó a las organizaciones políticas a un gran acuerdo nacional en favor de los intereses del Estado ecuatoriano. Sin embargo, la iniciativa del primer mandatario no fue bien recibida por los partidos, que anticiparon que no participarían.

La Revolución Ciudadana fue una de las principales organizaciones políticas que tomaron distancia de la convocatoria, principalmente por su argumento de que Lasso no debe continuar en el poder. Por su parte, el Partido Social Cristiano indicó que no acudiría al llamado del Gobierno porque “no tiene palabra” y, a diferencia de la propuesta del Ejecutivo, los diálogos del régimen de Guillermo Lasso “siempre terminan afectando los intereses del pueblo ecuatoriano y especialmente a los más pobres”.