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La soberbia disfrazada

Hay ocasiones en que la soberbia se disfraza de ser avasalladora para los demás. Todas esas actitudes suelen tener su origen en ese orgullo fatuo y simple de quien cree siempre poseer la verdad. A veces se disfraza de un aparente espíritu de servicio que parece a simple vista muy abnegado, pero se esconde un curioso victimismo resentido.

También puede disfrazarse de generosidad ostentosa que ayuda humillando, mirando a los demás por encima del hombro. La soberbia es enfermiza, afectando el entorno con sus gestos y manera de hablar. “La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano”.

Javier Valarezo Serrano