El presidente Sixto fue una persona respetable y respetuosa. Directo en política como muy pocos. Sabía escuchar y entregaba sabios consejos. Recuerdo la entrevista por Tv entre Jaime Roldós y él, en el que le preguntaron si ganaba la presidencia subiría el precio de la gasolina y su contestación fue un rotundo sí. A renglón seguido se le realizó la misma pregunta a su contendor y este contestó en la misma forma con un no; sin embargo, Roldós a los cuatro meses de posesionado subió los combustibles.

Cuando era asesor del sector artesanal, me tocó esperarlo más de 6 horas en su domicilio para entregarle el respaldo de los artesanos, el retardo se debió a un recorrido para conseguir fondos para la segunda vuelta. Solo había conseguido 200 mil sucres. Me dijo que sabía que perdería por esa situación pero que no podía abandonar las elecciones. Podría ser pretexto para los militares seguir en el poder. Por la confianza que tenía en él, asesoré al gremio de la transportación de Guayaquil y entregamos 50 millones de sucres y 2.800 buses para la guerra. Cuando le pedí consejo por un asunto político, no estuvo de acuerdo conmigo, con la confianza que tenía con él en estos asuntos, le dije que si quería ser presidente, tenía que salirse del Social Cristiano, porque había vivido lo sucedido en las elecciones del 88 y un año después creó un partido y fue presidente de la República, quien ganó la guerra del 95 y nunca fungió de jefe de las FF.AA.

Ab. Franklin Lituma Manzo