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Sigue el 'exceso de muertes' en Ecuador, pero a un nivel muy inferior al de abril

La Covid-19 tomó desprevenida a Guayas y multiplicó los decesos. El resto del país adoptó medidas de prevención, aunque luego se han ido relajando.

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Al igual que en Guayaquil, policías y militares han debido acudir a domicilios en Quito para retirar cuerpos de personas fallecidas sin diagnóstico médico confirmado.René Fraga

Aunque en niveles muy inferiores a los del inicio, tras cinco meses de emergencia sanitaria por la COVID-19 persiste en Ecuador el ‘exceso de fallecidos’. Es decir, que el número de muertes totales sobrepasa al considerado normal para este período.

Entre el 19 de marzo y el 5 de agosto los decesos de más superan los 30.000, según establece el analista de datos Carlos Oporto (@carlosoporto), quien publica en Twitter cuadros estadísticos sobre este tema y el Sars-COV-2.

Al visualizar los datos en una línea de tiempo, el estudio muestra que, tras el exponencial aumento de defunciones en Guayas y otras provincias de la Costa en los primeros dos meses de la pandemia, desde mayo ese indicador redujo notoriamente su nivel.

Los gráficos elaborados por Oporto y Andrés Robalino evidencian que este exceso persiste a nivel nacional, ahora impulsado por las provincias de la Sierra y la Amazonía, aunque en cantidades mucho menores a las que hubo al principio.

Para la doctora y magíster en Epidemiología, Andrea Gómez Ayora, esto se debe a varios factores. Primero, que en Guayas no hubo capacidad diagnóstica ni uso de mascarilla ni distanciamiento físico. Que antes de la cuarentena nacional, ya los casos habían crecido de modo exponencial y que muchas personas se enfermaron a la vez.

“En el resto del país, a excepción de provincias y cantones que vivieron algo similar a lo que sucedió en Guayaquil, el efecto de varias medidas ha hecho que la curva se mantenga controlada”, contrasta.

Pero lamenta que el efecto de esas medidas se haya ido perdiendo con el tiempo. “Los casos han seguido en aumento de manera paulatina y ya se ve exceso de mortalidad”, acota.

Oporto dice que si se contabiliza desde marzo, con la influencia de Guayas, las muertes en exceso suman 30.383. Y si el corte es solo desde mayo, la cantidad es 12.342.

"Los últimos días en la curva aparecen bajos porque el Registro Civil demora en procesar actas y estabilizar datos al menos siete días", advierte, aludiendo a la fuente de donde toma las cifras para sus cuadros.    

Zulemma Bazurto Blacio, magíster en Estadística y catedrática de esa asignatura, coincide en que subsiste el exceso, “mostrando, en efecto, en el último mes, registros superiores a 100, pero aun sin una tendencia clara, como ocurrió en abril por el efecto Guayaquil”.

“Pero por la experiencia de lo ocurrido en abril, el Gobierno está a tiempo de monitorear este fenómeno. Recordemos que las camas UCI están a tope en la Sierra”, advierte, aludiendo a las plazas en las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales públicos.

Gómez, también docente universitaria, ha elaborado su propio cuadro comparativo de las cifras de muertes entre enero y agosto de los últimos cuatro años, para demostrar que el 2020 supera en casi 30.000 decesos a los años anteriores.

Ella ve un actual crecimiento de casos de COVID-19 en todo el país, aunque con velocidades distintas. Dice que la disminución de las restricciones durante el reciente feriado puede derivar en un posible aumento de casos en 15 días y necesidad de hospitalización en otros 20.

Por ello, espera que las medidas de seguridad de los propios ciudadanos puedan disminuir esta probabilidad.

CIFRAS DE MUERTES EN EXCESO Y CIFRAS NORMALES

Técnicamente, muertes 'normales' es el número de decesos esperados para un determinado periodo, basado en las cifras de fallecidos en los últimos cinco años en el mismo lapso. Al comparar con la cifra actual, lo que está por encima de ese valor obtenido es considerado ‘exceso’.

Hay quienes obtienen el valor 'normal' con el promedio de las cinco cifras; otros, las ordenan de menor a mayor y eligen el valor medio (mediana). Y hay también quienes solo la comparan con el año anterior. Lo ideal es contar con la cifra prevista para 2020, pues el número de defunciones es una variable que usualmente tiende a crecer cada año.

Aunque no todas las defunciones en exceso se pueden atribuir al coronavirus, su contabilización es un indicador complementario de cómo está realmente la situación, sobre todo ante al reconocido subregistro oficial de defunciones por Covid-19 y de otras afecciones de salud que no se pueden tratar por efecto de la crisis sanitaria.

Por la experiencia de lo ocurrido en abril, el Gobierno está a tiempo de monitorear este fenómeno. Recordemos que las camas UCI están a tope en la Sierra”

Zulemma Bazurto, magíster en Estadística