El sicariato y el valor de una vida
R.M.Y. recibió 14 puñaladas por encargo expreso de su esposo quien alegó que contrató al sicario (por $ 700) porque la ahora fallecida lo engañaba. La detención del culpable fue posible debido a que este esperaba en la sala del hospital donde falleció la mujer.
Estos casos permiten conocer la escala de precios para finalizar la vida de un ser humano. En un país hay dos tipos de violencia: la criminal y la social, la primera compete a las autoridades respectivas controlar y reducir el tema, pero en la social es el individuo quien decide no incrementarla. Cuando algunos entiendan que “matando a alguien no se logra que dicha persona lo vuelva amar” avanzaremos como sociedad.
Marysol del Castillo