Seudorepresentatividad

El criterio de quienes “representan” a menos de un 10 % de la población ha prevalecido por encima del de la mayoría de ecuatorianos, que afectados también por la eliminación del subsidio a los combustibles, decidieron aceptar una medida que abría la puerta a la recuperación económica del país y que daba un fuerte golpe al contrabando. Desvirtuando una protesta válida, otras mafias, amparadas por la marcha indígena, generaron caos, destrucción y terror durante los días de paralización.

Un grupo minoritario no puede hablar a nombre de todo un país en la voz de una dirigencia indígena que, endilgándose la representación del Ecuador entero, incitó a la subversión. La verdadera representatividad solo se confiere a aquellos que son capaces de interpretar asertivamente el sentir de la mayoría de ciudadanos, y se legitima en función de la credibilidad e integridad de quienes la detentan.

El hecho de ser indígenas no implica que su opinión tenga supremacía con respecto a la del resto de la ciudadanía, ni es un salvoconducto para lograrlo por medio de secuestros, vandalismo, incitación a la sublevación o agresión a la fuerza pública. Esta seudorepresentatividad solo ha logrado una lamentable fragmentación social y grandes pérdidas, ahondando la innegable crisis económica del país.