
Sequia reduce a dos dias la semana laboral en Venezuela
Confrontado a un creciente malestar popular por los apagones y con la administración pública paralizada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrenta el desafío de una oposición que comenzó este miércoles a recolectar a toda marcha firmas para
Confrontado a un creciente malestar popular por los apagones y con la administración pública paralizada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrenta el desafío de una oposición que comenzó este miércoles a recolectar a toda marcha firmas para activar un referendo revocatorio contra su mandato.
Maduro ahondó el martes las medidas para ahorrar energía, ordenando trabajar solo lunes y martes a los funcionarios públicos. Con los cortes de luz, la crisis eléctrica se hace más evidente, y abrió algunos focos de violencia.
En Maracaibo, segunda ciudad venezolana (noroeste), ocurrieron la noche del martes -al igual que el lunes- algunas protestas y saqueos en un mercado popular, una tienda, una panadería y otros comercios; también hubo pequeños incidentes en un sector de Caracas y en tres ciudades del norte, según reportes de pobladores.
“La situación está muy tensa, hay sectores con hasta 10 horas sin electricidad, esto ha desatado otros malestares”, declaró desde Maracaibo Doris Falcón, administradora de un instituto de capacitación.
Maduro ordenó a las fuerzas de seguridad evitar desórdenes. “El que intente violencia hay que caerle con todo el peso de la ley porque estaría cometiendo crímenes contra la seguridad y la patria”, advirtió.
Los apagones programados de cuatro horas diarias en buena parte del país -que no incluye a Caracas- comenzaron el lunes por 40 días para encarar una sequía provocada por el fenómeno El Niño, que tiene a punto del colapso el embalse de la hidroeléctrica Guri.
Además de la jornada reducida en el sector público, los niños no tendrán clases los viernes, y los centros comerciales y hoteles deben generar su propia electricidad.
Los cortes de luz han causado malestar en una población aquejada por la escasez de alimentos y medicinas, alta inflación (180,9% en 2015) y una violencia delictiva que prácticamente impone toques de queda en sectores de algunas ciudades, incluida Caracas.
Empeñada en sacar a Maduro del poder, la oposición, mayoría en el Parlamento por primera vez en 17 años de hegemonía chavista, recoge desde ayer las poco más de 195.000 firmas que activarán el referendo, tras ser autorizado el lunes por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
“Vine a firmar para acabar con esta anarquía. Faltan medicinas, trabajo, educación, y ademas el problema eléctrico. Tengo familia en el interior del país y sufren por los cortes”, afirmó Miriam Leal, de 54 años, en un puesto de recolección de rúbricas del este de Caracas.
Al llegar a firmar, el excandidato presidencial Henrique Capriles, quien perdió las elecciones contra Maduro en 2013 por apenas 1,5 puntos, señaló que este es un “revocatorio contra la crisis”.
La oposición teme que el gobierno use tácticas dilatorias, sobre todo ahora con el sector público semiparalizado, para que el referendo no se realice antes del 10 de enero de 2017.
Si el revocatorio ocurriera después de esa fecha y lo perdiera Maduro, la Constitución prevé que el vicepresidente -nombrado por el propio presidente- lo reemplace. Si es antes, habría nuevas elecciones.
Capriles aseguró que la oposición recogerá las firmas “en tiempo récord, en horas”, a fin de que el referendo se realice en noviembre o a fines de diciembre. Según el proceso, si el CNE valida las 200.00 firmas, debe autorizar a la oposición a que recolecte luego cuatro millones de rúbricas (20 % del padrón electoral) exigidas para convocar el referendo, el cual removería a Maduro en caso de lograrse un voto más de los 7’587.532 con que fue elegido.