
Secuelas entre los policias
La terapia estuvo a cargo de la subteniente María José Ortega, que tiene especialización en Psicología. Ella contó a EXPRESO que hay estrés postraumático y, en algunos casos, síntomas depresivos que requerirán atención especial.
Muchos se negaban a reconocerlo. Pero lo cierto es que el terremoto del 16 de abril también afectó psicológicamente a los policías que prestaban servicio en los poblados más afectados, como Pedernales.
Sienten temblores cuando no los hay, no concilian el sueño, tienen angustia y agotamiento. Esa es la información que se obtuvo de una primera evaluación hecha por especialistas de la institución.
El impacto para los uniformados fue duro. Algunos patrullaban las calles cuando presenciaron la caída de casas y edificios. Luego se convirtieron en los primeros rescatistas de la zona. Vieron morir a amigos y familiares.
Desde esta semana, los uniformados empezaron a recibir tratamiento. Las terapias, que incluyen hipnosis breve, digitoterapia y diálogos grupales e individuales se extenderán hasta ver una recuperación total.
El martes, en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del norte de Pedernales, un grupo de policías contó a una especialista, por primera vez en un mes, lo que vivieron la noche del terremoto en la ciudad.
Al inicio, costó que estos hombres y mujeres, que se muestran firmes en las calles, admitieran que también sentían miedo y tenían difíciles y repetitivos recuerdos de lo que sucedió esa noche.
El cabo primero, Juan Quiñones, realizaba ese día un patrullaje de rutina por la calle García Moreno, de Pedernales. Fue testigo del desplome de un hotel y sintió impotencia al no poder hacer nada.
“Cada noche es volver a recordar, volver al pasado. Eso no me deja dormir. Lo poco que duermo es superficialmente porque, además, hay temor de que vuelva a ocurrir”, dijo el gendarme a EXPRESO.
Otro oficial, que prefirió no dar su nombre, contó que cuando está en su casa o va por la calle sus piernas tiemblan y se marea. Él cree que es una nueva réplica, pero en realidad no está pasando nada.
En esta primera terapia, los policías tuvieron que volver a recordar cada una de las actividades que hicieron todo ese día, incluyendo el durante y después del sismo.
La recomendación fue que, esta vez, lo hagan colocándose mentalmente en un sitio seguro, como espectadores.
Luego con sus dedos se tocaron la frente, la sien izquierda y derecha y los labios a la vez que repetían frases como: “estoy tranquilo”, “estoy fuerte”, “todo está bien” y “juntos venceremos”.
Al final cruzaron sus brazos sobre el pecho y realizaron ejercicios respiratorios y de relajación. Los policías, que se mostraron incrédulos al inicio, dijeron sentir una mejoría en el estado de ánimo.
La terapia estuvo a cargo de la subteniente María José Ortega, que tiene especialización en Psicología. Ella contó a EXPRESO que hay estrés postraumático y, en algunos casos, síntomas depresivos que requerirán atención especial.
Unos 100 policías son parte del Comando de Pedernales. El día del sismo, 30 estaban en servicio. La oficial dijo que un 50 % presenta estrés postraumático y estrés agudo. Un 10 % síntomas de depresión y otros cuadros clínicos, que requerirán más atención.