Los secesionistas en Cataluna

A la situación en Cataluña solo le faltaría un suicidio. Y no para bien, como hubiera sido lo sensato que ocurriera tras el espectacular harakiri político forzado de su dirigente máximo, Pujol, que solo sirvió para reafirmar la fe, inquebrantable porque irracional, de los secesionistas. Sería para mal, como es demasiado probable ocurra ahora por alguno de los miles de separatistas fanatizados que, por su especial desequilibrio psíquico o por la milésima manipulación de un acontecimiento confuso o desgraciado, se lanzara a ser o fuera convertido en el mártir que milagrosamente abriría las puertas del prometido paraíso terrenal de Pujolandia.

F. Gomis Mas

Barcelona, España