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Sanciones a Iran y el precio del petroleo

También conocida como Persia, la República Islámica de Irán es un país en Asia occidental con más de 81 millones de habitantes y una superficie terrestre de 1’648.195 km 2. Su ubicación central en Eurasia y Asia occidental, y su proximidad al estrecho de Ormuz, le dan importancia geoestratégica. Teherán es la capital y la ciudad más grande del país, así como su principal centro económico y cultural.

El régimen en Irán es antidemocrático, con frecuencia ha perseguido y arrestado a críticos del gobierno y su líder supremo, además, restringe severamente la participación de los candidatos en las elecciones populares, así como otras formas de actividad política.

Los derechos de las mujeres en Irán se describen como gravemente inadecuados y los derechos de los niños han sido violados severamente, con más delincuentes infantiles ejecutados en Irán que en cualquier otro país del mundo. Desde la década del 2000, el controvertido programa nuclear de Irán ha planteado preocupaciones, que es parte de la base de las sanciones internacionales contra el país. El Plan de Acción Integral Conjunto, un acuerdo alcanzado entre Irán y el P5 + 1, conformado por Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Inglaterra y la Unión Europea, se creó el 14 de julio de 2015 con el objetivo de aflojar las sanciones nucleares a cambio de la restricción de Irán de producir uranio enriquecido. Pero la producción iraní recibió un duro golpe desde que Trump anunció en mayo que Estados Unidos dejaría el acuerdo nuclear, que fue firmado en la época de Obama.

Irán es una gran potencia regional y sus grandes reservas de combustibles fósiles, que incluyen el suministro de gas natural más grande del mundo y la cuarta reserva de petróleo probada, ejercen una influencia considerable en la seguridad energética internacional y la economía mundial.

Irán cerró el 2017 con una extracción estimada en más de 4 millones de barriles al día. Su producción cayó en casi un millón de barriles este año.

Nuevas sanciones. Que Irán tenga ‘cero’ exportaciones de petróleo es el gran objetivo de Estados Unidos.

“La meta es privar al régimen iraní de los ingresos que utiliza para financiar actividades violentas y desestabilizadoras en todo el Medio Oriente y, de hecho, en todo el mundo”, secundó el secretario de Estado, Mike Pompeo.

Para lograr que ningún país del mundo le compre petróleo a Irán, EE. UU. impuso sanciones a 700 empresas e individuos iraníes, incluyendo los principales bancos, exportadores de petróleo y empresas navieras.

Sin embargo, hay una excepción: ocho países que no estarán sujetos, por ahora, a las sanciones que impiden realizar negocios con Irán, incluida la compra de petróleo. Se trata de China, Corea del Sur, Grecia, India, Italia, Japón, Taiwán y Turquía.

Pompeo explicó que esos países han dado pruebas de que buscan desconectarse del petróleo iraní. El Gobierno de EE. UU. busca que en cuestión de “semanas” los gobiernos de esos países adapten sus esquemas de compra de petróleo a nuevas fuentes para cerrar los ingresos de Irán.

Pero, cinco de esos países que gozan de privilegios, son los mayores consumidores de petróleo de Irán, lo que ha generado críticas al Gobierno de Trump, incluso de legisladores de su propio partido.

La posición de Arabia Saudita. Arabia Saudita juega un papel importante en la estrategia del Gobierno de Donald Trump contra Irán. Y es que esa nación, la segunda productora de crudo del mundo, actualmente, (11 millones de barriles por día), ha acordado con Washington incrementar su producción mientras consiguen retirar el petróleo iraní del mercado,

Como diversos analistas indican, de no haber un país que supla la producción de Irán, las sanciones podrían tener un efecto contraproducente para los estadounidenses. La demanda insatisfecha haría que los precios del crudo se incrementen rápidamente y con ello el precio de los combustibles en todo el mundo.

Estados Unidos busca que el precio del petróleo se mantenga en los niveles actuales mientras se corta el suministro iraní.

Rusia es la primera ganadora de estas sanciones, pues sus empresas tendrán mayores compradores del petróleo iraní en Europa y Asia ya que Rusia e Irán producen petróleo similar. EE. UU. también está listo para ofrecer crudo a sus consumidores. El país ha aumentado su producción a un récord histórico: 11 millones de barriles por día.

Ya veremos si Irán puede burlar las sanciones impuestas por Trump.