San Gol-qui

Un nuevo santo tiene el Ecuador. Y ha hecho el milagro de permitirnos hermosas victorias futbolísticas en escenarios míticos donde parecía un sueño imposible derrotar a los dueños de casa. El reciente triunfo del Independiente del Valle en La Bombonera, por ejemplo, es uno de ellos. Ojalá lleguen nuevas noticias de ese tipo. Las necesitamos para contrarrestar las malas nuevas que nos inundan desde distintos lugares del mundo.

La horrenda matanza de Niza es una de las peores. La brutalidad con que se asesina es increíble. La facilidad con que se dispara, igualmente. El resurgir de la venganza como pasión predominante, también. Por ello es misión imposible lograr regular de mejor manera la venta de armas en los Estados Unidos y el derecho a su adquisición, un tema clave de la agenda política de ese gran país. Ahora, el terrorismo creciente encenderá el debate pero no cambiará la tradición.

Tampoco, así parece, se modificará la negativa imagen de países donde la deshonestidad es parte del comportamiento de los dirigentes de sus pueblos. Aun cuando los millones de dólares mal habidos que asombran a los argentinos y las rocambolescas situaciones que se evidencian dejen sin el argumento de que las denuncias solo son el fruto de la maldad de “la prensa corrupta”, a quienes desean insistir en la honradez de sus socios políticos.

Y es que sobran los necios de conveniencia. En Brasil, aunque la situación es semejante a la de la Argentina, casi que se exigen pruebas documentales para aceptar que ha existido corrupción en Petrobras y en Odebrecht, para únicamente mencionar las empresas más relevantes citadas en los “presuntos” ilícitos. Conste que pongo “presuntos” por un mecanismo reflejo de defensa. Y conste que ver contando dólares en La Rosadita impacta menos que lo del desesperado revoleador de maletas en las afueras de un convento o menos todavía que lo de los “ahorros” de la hija de la señora expresidenta argentina o, lo que es peor, que recién ahora los jueces se interesen por acoger las denuncias.

Ojalá San Gol-quí evite que este tipo de situaciones se vean en el Ecuador. huertaf@granasa.com.ec

un nuevo santo tiene el Ecuador. Y ha hecho el milagro de permitirnos hermosas victorias futbolísticas en escenarios míticos donde parecía un sueño imposible derrotar a los dueños de casa. El reciente triunfo del Independiente del Valle en La Bombonera, por ejemplo, es uno de ellos. Ojalá lleguen nuevas noticias de ese tipo. Las necesitamos para contrarrestar las malas nuevas que nos inundan desde distintos lugares del mundo.

La horrenda matanza de Niza es una de las peores. La brutalidad con que se asesina es increíble. La facilidad con que se dispara, igualmente. El resurgir de la venganza como pasión predominante, también. Por ello es misión imposible lograr regular de mejor manera la venta de armas en los Estados Unidos y el derecho a su adquisición, un tema clave de la agenda política de ese gran país. Ahora, el terrorismo creciente encenderá el debate pero no cambiará la tradición.

Tampoco, así parece, se modificará la negativa imagen de países donde la deshonestidad es parte del comportamiento de los dirigentes de sus pueblos. Aun cuando los millones de dólares mal habidos que asombran a los argentinos y las rocambolescas situaciones que se evidencian dejen sin el argumento de que las denuncias solo son el fruto de la maldad de “la prensa corrupta”, a quienes desean insistir en la honradez de sus socios políticos.

Y es que sobran los necios de conveniencia. En Brasil, aunque la situación es semejante a la de la Argentina, casi que se exigen pruebas documentales para aceptar que ha existido corrupción en Petrobras y en Odebrecht, para únicamente mencionar las empresas más relevantes citadas en los “presuntos” ilícitos. Conste que pongo “presuntos” por un mecanismo reflejo de defensa. Y conste que ver contando dólares en La Rosadita impacta menos que lo del desesperado revoleador de maletas en las afueras de un convento o menos todavía que lo de los “ahorros” de la hija de la señora expresidenta argentina o, lo que es peor, que recién ahora los jueces se interesen por acoger las denuncias.

Ojalá San Gol-quí evite que este tipo de situaciones se vean en el Ecuador.

huertaf@granasa.com.ec