Hecho. Para los pacientes, los controles que tanto Salud como el Cabildo están realizando no son suficientes.

Salud confirma 10 casos de dengue y verifica los de zika

La entidad reporta ocho pacientes como sospechosos en la zonal 8. También evidencia afectados por chikunguña. Hay preocupación entre los habitantes.

Aunque el invierno apenas ha llegado, los efectos ya han empezado a manifestarse y, más aún, son preocupantes. Y no solo porque con las primeras lluvias han llegado también los mosquitos, sino porque precisamente estos han causado una serie de enfermedades. Algunas por reconfirmarse.

Y es que según reportes de la Coordinación Zonal 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) de Salud, en lo que va del año se han registrado diez casos de dengue, ocho menos de los que hubo en el mismo periodo el año pasado; pero también ocho de zika y dos con chikunguña que están por reconfirmarse.

Los análisis de los afectados, que serían todos de Guayaquil y entre los que no consta ninguna embarazada (estado que podría aumentar el riesgo de malformaciones congénitas del bebé), según Carlos Tumbaco, especialista en epidemiología de la Zonal 8 de Salud, están siendo nuevamente verificados; porque la cifra, explica, no constituye una alerta, puesto que el año pasado los casos fueron pocos. Uno de zika y cuatro de chikunguña en todo el 2018 y en el mismo sector, advirtió.

Sin embargo, entre los habitantes sí persiste la preocupación. Y no necesariamente porque se adelanten a la cifra oficial que Salud, según dijo a EXPRESO, hará pública entre este viernes y el lunes, sino porque la cantidad de mosquitos que observan en su entorno es mayor a la de otros años.

En la ciudadela La Garzota, por ejemplo, explica la residente Érika Guerrero, la situación se ha vuelto insoportable porque tanto en la mañana, que sale para el trabajo, como en la tarde, alrededor de las 18:00, los zancudos, “decenas de ellos”, le pican.

“Vivo cerca de un parque, tengo un hijo pequeño y me resulta imposible llevarlo a jugar porque las veces que he intentado hacerlo este mes, ambos regresamos llenos de picaduras”. Es horrible, agrega. “Incluso dentro de casa, nos vemos obligados a dormir bañados en repelente”.

Sonia Valverde, quien habita en La Saiba, al sur de la ciudad, y tiene su oficina en el centro, coincide con Guerrero, pese a que se encuentran en sitios distantes.

“No entiendo qué pasa con las autoridades que aún no vienen a fumigar. Están esperando acaso a que se dé un brote de enfermedades, los mosquitos nos están devorando, necesitamos ayuda”, reclama Valverde, quien sospecha que su hijo de 14 años, quien lleva dos días con fiebre de 39º C y dolor de huesos, tenga, “siendo positivos, dengue y no zika o chikunguña”.

Si bien Ernesto Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, asegura que es normal que en esta época el mosquito Aedes aegypti, causante de esos virus, se reproduzca; considera que el brote aún no se ha manifestado del todo y con ello las estadísticas de enfermedades, porque las lluvias aún son constantes.

“Si el invierno para y experimentamos apenas una que otra llovizna, entonces tendremos que preocuparnos porque no habrá cómo, de forma natural, con las lluvias, destruir sus criaderos”. Eso sí, explica, hay que tomar en cuenta los datos emitidos por Salud, que asegura no son del todo completos.

“Quizá esos casos, ahora en validación, den positivo, lo que no implica una epidemia. Ocho casos hasta cierto punto es lo que se puede esperar, es un dato normal. No obstante, siempre hay más. Aquí el diagnóstico epidemiológico no es el correcto”.

Para César Narváez, infectólogo del hospital Luis Vernaza, donde no se ha registrado aún ningún caso, más allá de conocerse los resultados, es necesario fortalecer las campañas de prevención. El hecho de que los habitantes reaccionen o digan que en su barrio el insecto zumba, es una alarma. “Es un llamado a crear un cerco epidemiológico y a eliminar la maleza, las llantas y todos esos factores que van a permitirle al animal crecer”.