El proyecto fue presentado por medio de gráficos y también con un vídeo. El alcalde Nebot y la rectora de la Espol, Cecilia Paredes (izq), observan las proyecciones.

El salto tecnologico del Campus Las Penas

El antiguo complejo se transforma en un centro de innovación y de negocios. El Municipio y la Espol se juntan en la ejecución.

Es un salto al futuro. El antiguo edificio en el que a inicio del siglo pasado funcionaba la Aduana y que luego de una reconstrucción en 1972 se transformó en la sede de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), se acercará al mundo de la tecnología con la ejecución de un complejo tecnológico, de negocios y de emprendimientos.

La idea nació de la necesidad de encontrarle un nuevo uso a un campus en el que la Espol mantiene una escuela de negocios (Espae) y otros centros de educación superior.

En ese marco se da el proyecto Distrito 100, que en la nomenclatura urbana se ubica como en el inicio de la ciudad. Su ejecución arranca en enero próximo y se aspira inaugurarlo en octubre del 2020, como una de las obras del Bicentenario.

La obra tendrá un costo de 10 millones de dólares, financiados entre el Municipio de Guayaquil y la Espol.

El complejo se convertirá “en un ícono que también va a representar un nuevo polo de atracción turística”, dijo el alcalde Jaime Nebot, quien firmó junto a la rectora de la Espol, Cecilia Paredes Verduga, el convenio entre ambas instituciones para su ejecución.

“Estamos convencidos de que Distrito 100 acelerará el desarrollo económico de Guayaquil, impulsando soluciones y productos sostenibles, en ciencia, tecnología, ingeniería y arte”, dice la rectora de la Espol.

Un proyecto que va a integrar el sector corporativo y público de la ciudad y aprovechar esa transformación digital para promover innovaciones que generarán un impacto positivo a nivel urbano, agrega Paredes.

La transformación se desarrollará especialmente en el edificio principal y en varios puntos aledaños.

La propuesta del anteproyecto, el cual fue también presentado la mañana de ayer durante la firma del acuerdo entre ambas instituciones en el Salón de la Ciudad, fue diseñado por un equipo de ingenieros y arquitectos liderados por Larissa Marangoni.

Acerca del proyecto, la artista guayaquileña asegura que existe todo un concepto detrás de la propuesta. “No es solamente haber hecho un diseño, sino haber juntado la parte tecnológica con la parte natural”.

Sostiene que se propone una reforestación agresiva dentro de la zona, en el que el bambú será uno de los elementos importantes en los espacios verdes que tendrá el complejo.

El proyecto maneja un lenguaje actual en el mundo de la tecnología y los negocios, como coworking (espacio de trabajo compartido y de cocreación), laboratorios IoT (internet de las cosas, por sus siglas en inglés), Smart City, entre otros.

Una transformación que abarcará a casi el 50 % del campus, que cubre 2,5 hectáreas de un espacio aledaño a uno de los sectores más turísticos de la ciudad, como Las Peñas, las escalinatas del cerro Santa Ana, el Malecón y el MAAC.

Es por eso que la propuesta abre cierta parte del complejo para los visitantes y turistas. En la planta baja, donde funcionará el Parque de la Ciencia Aja, habrá una cafetería.

Paralelamente, en el edificio destinado a parqueo, con capacidad para 200 vehículos, y que se ubicará en el ala norte, se colocará una terraza verde, la cual servirá también como un mirador.

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