Sabrosos, con higiene adecuada
Un reciente estudio realizado por tres prestigiosos centros de educación superior, en Guayaquil, Quito y Cuenca, encontró contaminación bacteriana, fundamentalmente de origen fecal, en un altísimo e inaceptable porcentaje de los alimentos investigados, revelando que no estaban preparados o expendidos en acuerdo con las normas de higiene más elementales.
Conviene entonces recordarlas, empezando por el clásico lavarse bien las manos antes de preparar los alimentos y después de ir al baño. Lavar también y desinfectar, todas las superficies y equipos destinados a preparar alimentos. Luego, separar los alimentos crudos de los cocinados. Usar utensilios diferentes para manipular alimentos crudos. Cocinar completamente las carnes, pescados, huevos y hervir los preparados líquidos. Después, no dejarlos a temperatura ambiente más de dos horas y refrigerar lo antes posible los que se van a guardar y volverlos a calentar antes de servirlos. Finalmente, usar agua y materias primas seguras. ¿Cumplen esos requisitos de preparación los alimentos que se expenden en la calle? Obviamente no; en la mayoría de los casos y, aunque apena lesionar la voluntad de trabajo de quienes los comercializan en la vía pública en precarias condiciones, en razón de cuidar la salud, no deben ser consumidos.