Exequiel Palacios de River Plate celebra la victoria ante Gremio.

River vence a Gremio y va a la final de la Libertadores

El penal sumó una dosis de intriga para el infarto. River resistió a pie firme en defensa y Martínez definió el pase a la final con autoridad.

River Plate de Argentina avanzó este martes a la final de la Copa Libertadores tras remontar y derrotar 2-1 a Gremio de Brasil en el partido de vuelta de semifinales en Porto Alegre, y disputará el título con el ganador de la otra llave entre el argentino Boca Juniors y el también brasileño Palmeiras.

Gremio no consiguió validar su victoria por 1-0 de la semana anterior en Buenos Aires y River selló su boleto gracias al valor doble de los goles a domicilio, volteando de forma agónica la eliminatoria.

La escuadra gaúcha abrió el marcador por vial del lateral Leonardo Gomes a los 36 minutos, en el estadio Arena do Gremio colmado con más de 50.000 almas. Pero el partido giró 180 grados en la segunda parte, cuando el colombiano Rafael Santos Borré igualó de cabeza a los 82 para River.

Casi sobre el tiempo reglamentario, el árbitro uruguayo Andrés Cunha, con asistencia del videoarbritraje (VAR), marcó un penal por mano de Bressan, y cobró expulsión por doble amarilla. Lo ejecutó con un zurdazo alto el suplente Gonzalo Martínez, a los 90+5, bajo la lluvia con suspenso y dramatismo.

Palmeiras recibirá a los ‘xeneizes’ de Boca el miércoles en Sao Paulo, con la desventaja de haber perdido 2-0 el primer choque en el estadio La Bombonera de la capital argentina.

Dominar y sufrir

River fue dueño y señor en la primera etapa en Porto Alegre. Dominador de la pelota y del medio juego. Pero sufrió en su arco el gol que no esperaba. Había planteado bien la estrategia. Pero otra vez fallaba en el remate final, como en el partido de ida.

El colombiano Juan Fernando Quintero había arrancado como eje de rotación en el once visitante. Inspirado, combinaba con su compatriota Rafael Santos Borré y Exequiel Palacios. Se proyectaban agresivamente por las bandas Gonzalo Montiel y Milton Casco. Javier Pinola dejaba su puesto en el fondo y manejaba con inteligencia la transición hacia la valla de Marcelo Grohe.

Le rondaba el gol como un fantasma a Grohe. Lo amenazaron con francos remates de Lucas Pratto, Palacios, Leo Ponzio y Quintero. Como en el primer encuentro, Gremio se atrincheraba con disciplina espartana.

Pero el balón no le llegaba limpio a Pratto. Ignacio Fernández no estaba inspirado. Y aparecía una y otra vez Pedro Geromel, como un gladiador, un león en la defensa ‘gaúcha’. Hasta Paulo Miranda, en lugar del suspendido Walter Kannemann, fue una muralla frente a los centros aéreos de los riverplatenses.

Empezó a llover y a River se le ahogó de pronto la esperanza. Un rebote casual en un corner le cayó a Leo Gomes cerca del área grande. El lateral clavó el derechazo a media altura en el segundo palo de Franco Armani, como una puñalada. Ahora River necesitaba al menos dos goles.

Control y contragolpe

Antes del entretiempo, River perdió por lesión a Leo Ponzio, su capitán, hombre clave. En su lugar, Enzo Pérez no le rindió igual. Entró ‘Pity’ Martínez tras el descanso. También el goleador Ignacio Scocco por Quintero. El DT Marcelo Gallardo tuvo que ver el partido en un palco, sancionado y aislado.

El entrenador local, Renato Gaúcho, mandó a la cancha a Everton, uno de los ídolos de los hinchas de Gremio. River mantuvo el control, pero su rival comenzó a asociarse con pases certeros y profundos.

Tocaba el balón Maicon para Michel, o para Ramiro. Se unía a las combinaciones Cícero. Pero algo desconectado lucía el único delantero de punta, Jael.

En los contragolpes, con más espacio, la escuadra local se tornó intimidante. Estuvo al borde del abismo River cuando Everton se escapó solo y Armani le salvó la vida al ganar el mano a mano. Entró entocnes Bressan por Miranda en Gremio.

El empate llegó por un centro de Martínez al corazón del área, al cabezazo Borré. Faltaban ocho minutos a puro suspenso. El penal sumó una dosis de intriga para el infarto. River resistió a pie firme en defensa y Martínez definió el pase a la final con autoridad.