Riesgo moral

En economía, el riesgo moral ocurre cuando una de las partes en una relación, sabiéndose protegida, le traslada el riesgo y por lo tanto el costo implícito en la relación, a la otra parte. Es una relación asimétrica en cuanto a riesgo y beneficio, y describe, justamente, el tipo de situación que se da en las relaciones entre el Gobierno nacional, el Banco Central, la banca pública, y los ecuatorianos.

El Gobierno nacional decidió, en el gobierno pasado, obtener recursos del Banco Central para financiar sus operaciones y las de la banca pública. En el régimen de dolarización, sin embargo, el Banco Central no es el dueño de los dólares, sino que simplemente actúa como depositario de las instituciones del Estado (incluyendo el Gobierno central, los locales, las empresas públicas, y el IESS) y del encaje bancario. Es por ello que, cuando este le entrega liberalmente recursos al Gobierno, y, por instrucciones del Gobierno, a la banca pública, lo que hace es correr traslado del riesgo al resto de los ecuatorianos.

Actualmente, la Reserva Internacional (mal llamada de libre disposición) cubre tan solo una parte de los pasivos (esto es obligaciones) exigibles, incluyendo los dineros de los depositantes de las instituciones financieras. Constituye por ello una verdadera paradoja el que los recursos de los depositantes, que forman el encaje bancario y que son, en principio, captados por el Banco Central para entre otros propósitos resguardar su integridad, ¡en la práctica están expuestos al riesgo material de permanecer al descubierto!

La banca pública (hoy de propiedad del Banco Central) no da razón de la calidad de su cartera. El Banco Central otorgó recursos líquidos al Gobierno, y este le pagó con acciones cuyo valor real se desconoce. ¿Cuánto valen, por ejemplo, las acciones del Banco de Fomento, cuya razón social debió ser liquidada por falencia económica? Finalmente, ¿cómo es qué el Banco Central, el dueño original del Banco del Pacífico, posteriormente transferido a la CFN, lo debe recibir como parte de pago, como compensación parcial de una obligación impaga? Esto equivale a tener que pagar por un regalo devuelto.

Son entuertos no despreciables que ponen en jaque a los ciudadanos, ocasionan grave riesgo moral, y se siguen dando en forma insistente, agresiva, y, por qué no decirlo, desaprensiva.