Resultados del Si

El triunfo del Sí a nivel nacional, como en la mayoría de las provincias del país, nos permite sacar una serie de resultados relacionados con el caudillo y su turba, el futuro inmediato y próximo del gobierno Moreno, y sobre las prioridades nacionales en aspectos económicos y sociales. Los resultados de la consulta-referéndum no son un cheque en blanco para el régimen, ni tampoco un apoyo incondicional para que resuelva problemas internos de su tienda partidaria. La ciudadanía ha brindado su respaldo político para que trabaje y profundice tres ejes de actividades: mejorar realmente la calidad de la democracia, lucha sin tregua contra la corrupción y la impunidad, e impulso de alianzas y acuerdos viables para sacar al Estado-nación de la crisis económica en que se encuentra. En este escenario se pueden hacer las siguientes lecturas: 1.- Por más que el caudillo y sus seguidores digan retóricamente que han ganado porque han sacado una elevada votación No en las tres preguntas cruciales para ellos, el resultado real e inapelable es que han perdido en todas. Los seguidores han votado por el caudillo Correa presente y no por AP y peor por la RC. Y nos confirma, que el accionar de este caudillo populista siempre se asentó en la lógica de “tú me das tu voto y yo te daré una obra”; esa es la “década ganada”. 2.- El gobierno Moreno sabe, ahora bien, que debe enmendar los yerros de estos meses, cambiar a los funcionarios correístas, conformar un gobierno de unidad nacional, formular un plan de desarrollo económico y social consensuado, y con los aportes de todos los sectores sociales. Concluir en un esquema de prioridad las obras inconclusas del anterior gobierno, dándole preferencia a aquellas que coadyuven a impulsar el cambio de matriz productiva, el multiplicador de empleos y a mejorar nuestra competitividad. 3.- Diseñar una hoja de ruta para desmontar paulatinamente la economía extractivista, sostener la dolarización, lograr crecimiento económico sostenido, potenciar la redistribución de la riqueza social y evitar la desvinculación entre política económica y social, como sostienen los políticos y economistas neoliberales.