Ilustración: Miguel Rodríguez / Expreso

Los restos tras el naufragio del amor

Se traduce al español el clásico estadounidense ‘Las hijas de otros hombres’. La obra ahonda en el matrimonio y la infidelidad.

Robert Merriwether, científico y docente, se queda en casa un verano mientras su esposa e hijos salen de vacaciones. No le molesta. Ama su trabajo y aprovecha su tiempo libre para dedicarse a la investigación. Al menos, hasta que conoce a Cynthia Ryder, una joven estudiante de 20 años.

Una historia de apariencia común que, sin embargo, marcó a la sociedad norteamericana, capturando la decadencia de los valores de los años cincuenta y la irrupción de los sesenta y las primeras pulsadas de las luchas sociales y el amor libre. Esta es la historia que narra ‘Las hijas de otros hombres’, popular novela de Richard Stern, traducida e impresa recientemente por el sello Siruela.

La novela tiene un impecable look sesentero que incluye la magnífica, ágil y sugestiva escritura, fiel reflejo del decenio. Esta pasó a la oscuridad en los años noventa hasta ser reeditada en 2017, devolviéndole la popularidad.

La obra está dividida en varias partes. En la primera, se introduce al protagonista, a su esposa Sarah, con la que tiene una relación tensa y complicada, a sus cuatro hijos, y a Cynthia, la liberal jovencita que llega para cambiarlo todo. Aborda también el inicio del caos que da vida a la historia. Y es que Merriwether no desea romper la relación con Sarah, ni que su romance afecte a sus hijos, pero el deterioro, como el de la polilla en la madera, es innegable y avanza despacio, pero implacablemente. No quiere dañar, pero el daño es inevitable. La descripción de este deterioro es una obra maestra de penetración y agudeza, graduada paso a paso con agudeza y sugerencia.

El libro bascula sobre la segunda parte, central, soberbia, que se asienta en dos planos consecutivos: la vida de la apasionada pareja dentro de un congreso, seguida del espléndido relato del encuentro entre Merrywether y el padre de Cynthia, un reto del que el autor sale con toda gloria.

A partir de aquí, la tercera parte pone las cartas sobre la mesa y el conflicto afecta seriamente a los hijos, a la nostalgia inevitable de lo que fue su vida con Sarah, a una Cynthia amortizada y al adiós a una parte de sí, todo a la vez.

Además del complejo retrato emocional de los tres personajes principales y su evolución y rupturas a lo largo de la historia, otro de los puntos fuertes de la novela es la ambientación de la misma, que ubica al lector en medio de los años sesenta.

Y es que, finalmente, esta es una novela sobre el fin de un matrimonio, pero es también un análisis sobre el fin de una época y el arribo de otra, más liberal, y también más compleja.

El crítico José María Guelbenzu la describe así. “Las hijas de otros hombres es una novela singular que se desarrolla en un momento clave de la historia norteamericana, los años sesenta, los años de la libertad de costumbres, de la corriente hippie, del “haz el amor, no la guerra” y el choque de generaciones que sacudió seriamente la moral y costumbres de aquella sociedad”.

Stern, quien falleció en 2013, fue, como su protagonista, profesor universitario en Harvard y publicó otras ocho obras, pero ‘Las hijas de otros hombres’ es considerada su pieza maestra.