Requiem

En nuestra nota de hace dos semanas nos preguntábamos si era casual o causal el hecho histórico que vive la educación particular de nuestro país, pues a nadie que esté inmerso en ese mundo o que lo conozca de cerca escapa el hecho de que se atraviesan críticos momentos.

El cierre de cientos y acaso miles de establecimientos privados de educación, los golpes económicos duros y constantes con los que se agrede al sector educativo desde distintas instituciones y entes estatales, que obligan a la contratación de personal adicional “calificado”, al margen de profesores y administrativos, para atender otras distintas áreas. Las diversas exigencias marcadas por la seguridad y funcionalidad que hoy se reclama, que igualmente golpean los presupuestos institucionales, sumado a ningún apoyo en el hecho de la fijación, peor, en el cobro de las pensiones, agobian una labor que cada vez resulta más difícil y cuesta arriba: el ejercicio de la educación particular.

Normas expresas y abiertas en la legislación educativa y otras taimadas y escondidas, como las filtradas en el reglamento general sobre el manejo de las instituciones privadas, resultan bombas de tiempo que solo la candorosa ingenuidad en su momento de la autoridad de turno o de ciertos directivos institucionales, pueden pensarlas como letra muerta para siempre.

La educación privada está en riesgo y es tiempo de que la sociedad lo conozca, lo analice y reaccione.

La decisión es fácil de tomar luego de discernir sobre la alternativa entre si debe o no existir como tal el servicio de educación particular, por tanto, le corresponde a la sociedad civil tomar posición y determinar lo que desea, pues al momento el riego de que esta vaya desapareciendo de a poco es muy alto.

Que no sea un réquiem sino un canto a la vida lo que se decida, pues no hay nada mejor para la educación que la pluralidad de ofertas, su existencia en libertad y su capacidad de atender todas las dimensiones y potencialidades de la persona humana, desde lo cognitivo hasta lo espiritual, pasando por lo emocional, ético, afectivo, moral y volitivo.

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