Réplicas. Los moradores de Atacames durmieron en las calles.

Las replicas avivan el nerviosismo

Hasta la mañana de ayer, hubo 707 réplicas del sismo de 7,8 grados, del sábado. El número continúa decreciendo: al día siguiente del terremoto hubo 239 y anteayer solo 52. Todo esto, dijo Ruiz, forma parte del proceso de estabilización de las fallas qu

Una suerte de enjambre de temblores. Eso es lo que se ha sentido en los últimos días en Manabí y Esmeraldas, tras el terremoto de hace una semana.

La noche del jueves, pasadas las 22:03, la tierra volvió a temblar. En las casas y albergues, donde se refugian los damnificados, el nerviosismo y los gritos se repitieron. La tónica de toda la semana.

Según los reportes del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (Igepn), la magnitud de esta réplica fue de 6,1 grados en la escala de Richter. En los siguientes diez minutos se produjeron dos réplicas más de 5 y 4 grados.

José Tenorio es el administrador en un hotel en Atacames. Tras este sismo salió a la calle y rememoró con otros pobladores los momentos que pasaron el 16 de abril con el terremoto.

Luego de la charla, cuando ingresaba al hotel donde trabaja, a las 22:20, se produjo un nuevo movimiento telúrico fuerte. Esta vez de 6 grados, según los registros del Geofísico. El nerviosismo creció y la mayoría de la población, por seguridad, amaneció en la vereda.

“Llevamos varias noches en esta incertidumbre. Por este motivo pocos hoteles y restaurantes se han animado a atender en estos días. Hay pérdidas importantes”, manifestó a este Diario.

En el balneario, grupos de socorristas nacionales e internacionales llegaron para hacer base de su trabajo diario tanto en Muisne, Chamanga o Pedernales. La serie de sismo los cogió por sorpresa y provocó, admitieron, temor.

Entre el 16 de abril, que se produjo el terremoto de 7,8 grados, y el mediodía del ayer, se han producido 713 réplicas relacionadas al primer evento natural. La mayoría con magnitudes de 3,0 y 6,3 grados, informaron los expertos del Instituto Geofísico.

María Peñafiel es una de las damnificadas y también voluntaria de cocina en el albergue de Palma Junta. En la noche, luego de la merienda, estaba lavando una de las ollas y se dio cuenta del temblor.

“Pese a que nos han dado las pautas para mantener la calma y dirigirnos al centro del terreno, muchas personas volvieron a gritar y asustaron a los niños. Aquí hay mucho nerviosismo”, contó.

Los movimientos telúricos de la noche del jueves fueron sentidos, además de Manabí y Esmeraldas, en Guayas, Los Ríos, Pichincha, Azuay, según reportes oficiales.

“Estos son movimientos típicos después de la ocurrencia de un evento de gran magnitud debido al acomodamiento de las placas terrestres y constituyen un ciclo permanente que puede durar días, semanas, incluso meses”, dice un comunicado del Geofísico.

Los expertos también recalcaron que no es posible predecir la magnitud y fecha exacta en que se van a producir los sismos y descartaron que alguno de los sismos de los últimos días hayan provocado riesgo de un tsunami.