
El remo porteno competira en JJ.OO.
Mientras los meses del almanaque se extinguen y nos acercamos a los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, pensamos en la dura tarea que debe cumplir el deportista ecuatoriano hasta superar la marca que lo lleve a buscar una medalla en la histórica cita ecuménica.
En este país futbolizado, de canchas que semejan a potreros donde pasta el ganado, es importante comentar que el origen del movimiento olímpico moderno se remonta a la fundación del Comité Olímpico Internacional (COI) el 23 de junio de 1894. Y que es sobre la base de los escritos del barón Pierre de Coubertín que el olimpismo está reconocido como ideología, como un conjunto de ideas sobre los objetivos sociales, distribución de los recursos y relaciones entre la sociedad y el individuo. Es por eso que cuando restan solo cuatro meses y días para la mejor cita deportiva de la historia, se sabe que los clasificados nacionales en atletismo son (15); levantamiento de pesas (2); canotaje (1); natación (1); tiro (1); lucha (1); ciclismo (1); hípica-ecuestre (1); judo (1); boxeo (1) y remo (1).
Sin embargo, poco se conoce de quiénes son los responsables del trabajo técnico. En realidad, nos hubiese gustado que siendo Guayas la provincia de mayor densidad poblacional y mejor infraestructura deportiva del país, no haya podido ubicar más jóvenes en la lista de clasificados. Antes, los porteños practicaban varias disciplinas y en casi todas sobresalían con el apoyo de sus padres, líderes barriales y mecenas que ya no tenemos. Desafortunadamente, esa etapa gloriosa desapareció desde 1970, cuando los clubes federados pasaron a manos de gente inescrupulosa, por lo que ahora debemos batir palmas por triunfos de atletas de otras provincias. Para que los guayasenses regresen por sus triunfos dejando el espejismo que es ahora, debemos ser menos cómplices de quienes solo maquillan los escenarios por fuera y no mejoran el nivel técnico-administrativo.
Los jóvenes que desde ahora quieran ser estrellas de nuestro deporte, deben saber qué ocurrió en el pasado para entender el presente. Ejemplo: en Río tendremos un joven remero.