Se reiniciaron las clases

Desde el día lunes los escolares del régimen costa volvieron a clases. Este año la cifra es de 2’669.197 estudiantes. Cada reinicio de clases se encuentra con varios problemas que competen a diferentes instancias de la educación. Este año no es la excepción con respecto a los anteriores.

El actual tiene una serie de aspectos particulares: los efectos que dejó en las diferentes escuelas y colegios la fuerte estación lluviosa que se produjo por la incidencia de El Niño Costero. Esto creó dificultades en algunos centros educativos.

En las provincias de Manabí, Los Ríos y Guayas se dieron los mayores efectos, con abundante precipitación pluvial e inundaciones en estas zonas. Tal irregularidad afectó extensos lugares de esos distritos. Las aguas en el área rural afectaron a la agricultura y también a locales escolares. En otras ciudades generaron destrozos.

Las autoridades educacionales dicen haber hecho los correctivos y resuelto las dificultades en los lugares afectados, que pronto reiniciarán clases. Sin embargo, hay otros problemas. El primero es el efecto de la crisis económica y del desempleo, que crea una mayor demanda de matrículas en las escuelas y colegios públicos, antes que en los particulares.

El segundo problema, en ciudades como Guayaquil, es la transportación escolar. El aumento de vehículos circulando en la urbe (los expresos escolares) crea un mayor congestionamiento, que la ATM dice que resolverá con prontitud.

El tercero es el costo de la lista de útiles escolares. Puede ser grave, pues hay planteles educativos que no toman en consideración la situación de los padres de familia, con demandas que no están al alcance de los ingresos actuales de los representantes. Este es un inconveniente que ha sido evidenciado y atendido por las autoridades.

Lo importante es que el inicio de clases abra el camino para un mejor y más eficiente accionar de los maestros, para que se avance en la calidad de la educación y ello se traduzca en logros. Esto espera la ciudadanía, para saber que las generaciones venideras estarán más preparadas que las actuales y por lo tanto podrán enfrentar de otra manera y con instrumentos de mayor eficiencia las dificultades del futuro. Es de esperar que maestros y autoridades, padres de familia y estudiantes trabajen en esta línea.