Los reinados conflictivos

La belleza femenina es, indudablemente, un importante símbolo que sirve para representarnos lejos de los problemas y desavenencias de la política o de las diferencias sobre el manejo de los dineros fiscales que siempre suelen andar en crisis.

Y es así como, a pesar de los sistemas democráticos imperantes que impuso la Revolución francesa, se mantienen aún vigentes los reinados que sirven para presidir galantemente a las ciudades.

En estos últimos tiempos, sin embargo, un misterioso malestar ha venido a filtrarse en esta costumbre de elegir a la más bella y simpática para que durante un año represente a la población citadina. En estas circunstancias, en las tres principales ciudades del país han surgido problemas y hasta el anuncio de decisiones radicales que antes no podíamos siquiera habernos imaginado.

La primera situación “embarazosa” surgió con el anuncio de la soberana guayaquileña que nos hizo conocer que estaba “en estado interesante”, es decir en camino de ser una mamá primeriza. Y se presentó el dilema de que si en ese estado ella podía seguir haciendo uso de su título o abdicaría, como para dejar a los porteños sin su soberana. Para calmar los ánimos, con la coincidencia de que sea una dama la que preside los destinos municipales de la Perla, doña Cynthia anunció que propondría se dicte una nueva ordenanza en que el estado civil no se tome en cuenta para la elección de la reina. Soltera, casada o comprometida daría igual. Bastará solamente con su belleza.

En Cuenca, tras la decisión anticonstitucional de la Corte Constitucional de legalizar el matrimonio igualitario, volviendo la Atenas a su vieja tradición curuchupa, a pesar de haberse izquierdizado en las últimas décadas, se decide que no se tomará en cuenta tanta liberalidad frente a los asuntos de género y que en la reglamentación del concurso galante conste que la reina elegida tendrá que ser “mujer por nacimiento” y no por adopción, como son los travestis.

Y en la capital de la República, la ‘Carita de Dios’, ya no tendrían reina, aduciendo pobreza, lo que vendría a complementar el apagón de las fiestas decembrinas luego de que Correa prohibió, tras una consulta popular, la feria taurina Jesús del Gran Poder.