Seguridad bajo vigilancia. La policía ha reportado a los proveedores de seguridad privada de las instituciones bancarias errores de protocolo, tras la revisión de los materiales de vídeo: los guardias

El ultimo refugio seguro fue vulnerado

Es más que un asalto. Los robos a mano armada contra clientes de bancos en dos centros comerciales de Guayaquil, durante los últimos 10 días, constituye para la Policía Nacional, “una nueva modalidad” de delito.

Es más que un asalto. Los robos a mano armada contra clientes de bancos en dos centros comerciales de Guayaquil, durante los últimos 10 días, constituye para la Policía Nacional, “una nueva modalidad” de delito. Para la ciudad es algo más: un nuevo desafío contra la seguridad ciudadana y las aireadas pretensiones turísticas.

Si hasta el momento quedaba un lugar, dentro de los límites de la ciudad menos segura del país, según la data pública, eran estos, precisamente, los bancos y centros comerciales. Ambos, custodiados especialmente por seguridad privada. Ambos, rodeados por cámaras de vigilancia. Ambos vulnerados a media mañana, en menos de 10 minutos, por asaltantes que, en lugar de cargar contra las bóvedas, se dedicaron a recolectar celulares y dinero de los depositantes del Procredit (en el Albocentro, el 18 de mayo) y el Banco de Guayaquil (en el City Mall, el 29).

“Podemos deducir que los delincuentes han detectado fallas en la seguridad privada. Es una nueva modalidad”, asegura a EXPRESO el mayor Patricio Arrollo, a cargo del operativo que, el lunes último, detuvo a los asaltantes en el norte de la ciudad. Y aunque la Brigada Anticriminal, en manos del coronel Ramiro Ortega, asegure que se trata de una banda con sospechas de delitos anteriores en otras ciudades, su presencia en Guayaquil, en refugios de seguridad como los ocurridos, es para la policía “un nuevo desafío”. También lo es para las autoridades vigentes y entrantes. ¿Queda algún lugar seguro en la ciudad?

El Municipio de Guayaquil ve con preocupación los acontecimientos. Su dirección de Turismo, que apunta como meta general a la consolidación de la ciudad como destino, cuenta con un plan de seguridad turística, pero este se limita a la participación ciudadana en eventos masivos. El resto de las actividades de seguridad no solo no son competencia municipal, sino que la administración de Jaime Nebot, en palabras de su vocero Jorge Rodríguez, “fue expulsada” de la mesa de coordinación con el Gobierno Nacional. En pocas palabras, aunque el Municipio lo quisiera, no hay plan que pueda poner en marcha. Esto, espera Rodríguez, podría cambiar si se materializa el vociferado diálogo en el que los gobiernos locales y el nacional discutan sobre políticas públicas.

“Si nos invitan, allí estaremos”, dice.

La práctica delictiva, aunque nueva, no ha generado alarmas suficientes entre los responsables directos.

Ni la Asociación de Bancos Privados ni los bancos directamente afectados contestaron ayer a los pedidos de información de este Diario. Ni los representantes del ministerio del Interior, que tiene a cargo el funcionamiento de la policía y el dictado de políticas de seguridad, ni la Gobernación del Guayas, representante del Ejecutivo en la materia, atendieron ayer a las preguntas concretas sobre la existencia o no de una solución pública para recuperar la seguridad en espacios que hasta ahora no habían sido violentados, mucho menos sobre la posibilidad de ampliar la coordinación en materia de seguridad con instancias más conscientes de las necesidades de la ciudad.

Porque hay quienes creen que los hechos puntuales son la excusa para un debate más general: ¿Es momento para que los municipios vuelvan a la mesa de coordinación de la seguridad? Oficialismo y oposición, como es su costumbre, no coinciden ni en fondo ni en forma. El debate de la exclusividad del Gobierno central en la seguridad es simple: dos robos no resultan significantes en la visión nacional. Pero para una ciudad con vocación turística y comercial, puede ser más que una cifra, una urgencia por resolver.

De momento, nadie tiene un plan para ello.

Los casos

18 de mayo

Cerca de las 10:00, los asaltantes ingresaron hasta el Banco Procredit del centro comercial Albocentro, en la Alborada, y asaltaron a los clientes, haciéndose pasar por depositantes. Las pérdidas se acercaron a los $ 10 mil.

29 de mayo

Cerca de las 11:00, cuatro asaltantes en motocicletas ingresaron al Banco Guayaquil del CityMall y desvalijaron a los clientes y al propio guardia de seguridad privada. La policía calcula las pérdidas en menos de $ 2 mil.

Preguntas para los protagonistas

¿Debe el Gobierno compartir la competencia?

Jorge Rodríguez, vocero del Municipio de Guayaquil

El tema nos preocupa. Pero la competencia de seguridad en bancos y centros comerciales es ahora exclusiva del Gobierno Nacional. Podríamos participar si se nos invita.

Patricio Arrollo, Mayor a cargo del operativo que detuvo a la banda

La modalidad es nueva: entrar a una institución sin objetivo fijo y desvalijar a los clientes en el menor tiempo posible, aprovechando la falta de reacción de la seguridad privada.

Roberto Gómez, Asambleísta por Guayas, alianza CREO-SUMA

Creo que hay municipios que están listos y dispuestos para administrar la seguridad de forma más eficiente que el Gobierno. En el caso de Guayaquil sería lo más acertado: descentralizar la competencia.

Bairon Valle, Asambleísta por Guayas, Alianza PAIS

La Constitución es clara: todo lo relacionado al orden público es competencia del Gobierno central. Antes los municipios destinaban recursos de necesidades básicas a competencias visibles como seguridad.