Referendum boliviano

en Bolivia se llevó a cabo el referéndum revocatorio para que sea el pueblo de ese país el que en votación democrática resuelva si los actuales mandatarios pueden ser reelegidos una vez más, cuando la Constitución vigente lo prohíbe. Lo que acaba de suceder en Bolivia tiene algunas connotaciones dignas de tomarse en cuenta. En primer lugar, de conformidad con la Constitución, el mandatario actual consultó al pueblo si cabe o no esa nueva reelección. Luego, el proceso de referéndum se llevó a cabo con absoluta normalidad, conforme lo acreditan los observadores internacionales que fueron a presenciar este acto democrático.

Esto es significativo, porque evidencia que en ese país existe una cultura democrática que debería ser imitada por todos los países, especialmente de nuestra “América morena”. Tanto Evo Morales, presidente, como Álvaro García, vicepresidente de Bolivia, expresaron ante el mundo, antes del proceso eleccionario, que respetarán la voluntad de su pueblo y que, por lo tanto, se acogerán a su soberana decisión. Esto igualmente destaca el respeto que tienen los gobernantes para con su propio pueblo. Finalmente, de lo que hasta este momento se conoce, el pueblo boliviano se ha pronunciado negándoles a sus actuales mandatarios la posibilidad de una nueva reelección.

Esta decisión soberana de los bolivianos debe ser analizada serenamente, para concluir que se debe a que, dígase lo que se diga, los pueblos no aceptan gobiernos que a título de democráticos, quieren convertirse en monarquía. Evidencia que los pueblos están conscientes de la trascendencia que tiene la alternabilidad en el poder. Los pueblos saben que por el decurso del tiempo surgen nuevas ideas que obligan a cambios, que a lo mejor no los podrían llevar a cabo quienes se pretenden perpetuar en el poder. Por otra parte, hay juventudes que igualmente sienten la necesidad de ser conductoras de los destinos de sus pueblos, lo que no lo podrían lograr si hay mandatarios que pretenden el poder, hasta que la muerte los separe.

Lo de Bolivia hay que imitarlo para bien de la democracia.

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