
La reconstruccion de iglesias se apoya en la empresa privada
El sismo del pasado 16 de abril que afectó a Manabí y Esmeraldas también causó daños en las casas religiosas.
El sismo del pasado 16 de abril que afectó a Manabí y Esmeraldas también causó daños en las casas religiosas.
Así lo indicó monseñor Lorenzo Voltolini, arzobispo de Portoviejo, quien ayer visitó el Puerto Principal.
El religioso y los representantes de Almacenes Tía se dieron cita en el Hotel Palace, en el centro de la urbe, para anunciar la entrega de fondos privados por parte de la compañía, que serán usados para la reconstrucción de la iglesia María Auxiliadora de Pedernales, que quedó destruida casi en su totalidad.
La capilla, la más grande de la localidad, fue edificada originalmente en 1986 y daba cabida a mil fieles.
La empresa anunció la entrega de $ 400.000 para la construcción del templo, cuya labor se espera concretar en un máximo de seis meses.
En el sitio también se edifica una casa para dar cabida a los religiosos de la zona.
Almacenes Tía ayer realizó la entrega de la mitad de los fondos ofrecidos.
El religioso agradeció el apoyo de la compañía, indicando que se simplificará al máximo la edificación del templo, con el fin de que los fondos alcancen para una adecuada construcción. El ornato de la misma se hará luego, a través de colectas.
Este señaló adicionalmente que la mano de obra será contratada en la provincia, lo que ayudará a generar una fuente de ingresos en la zona.
Monseñor Voltolini añadió que el apoyo privado es vital para la recuperación de los templos afectados en la provincia.
“El aporte de las empresas es muy bonito, pero también muy necesario, dado que el Estado no financia la reconstrucción de estas obras, y esta es la única mano segura que nos viene. Estamos realmente muy agradecidos”, comentó.
Las ayudas económicas recibidas también han llegado de parte de iglesias católicas afines en Estados Unidos, Italia, Francia y España.
Monseñor también indicó que, pese a las dificultades que se viven tras el sismo, las manifestaciones religiosas continúan y han tenido una nueva vida entre los fieles.
“Las personas se han unido. Los tiempos difíciles son también un tiempo de fe”. MTN