Imagenes de las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril.

Una reconstruccion compleja

A dos días del primer aniversario del terremoto más fuerte del siglo, que devastó a Manabí y parte de Esmeraldas, la mayoría de las obras aún está en ejecución

Se cumple el domingo el primer año del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, el más fuerte del siglo. La mayor tragedia natural, la del 16 de abril de 2016, mostró por un lado las grandes debilidades de las infraestructuras pública y privada y, por otro, la inmensa solidaridad y empuje de la que está imbuido el pueblo ecuatoriano.

Ha sido un año en el que el sector público ha trabajado en un proceso de reconstrucción que avanza rápido, pero que aún está lejos de terminar en el corto plazo. Hay obras que aún no han empezado y otras que todavía están en estudio. En el sector privado, la reconstrucción va a paso de tortuga. La razón: la falta de recursos para inversión.

El sismo, el más fuerte del siglo, que segó la vida de 671 personas, dejó a unas 63.065 familias entre afectadas y damnificadas, y golpeó la estructura de al menos 70.000 edificaciones en el país.

El costo reconstructivo fue estimado por sobre los 3.300 millones de dólares, pero el Gobierno garantizó recursos por 2.410 millones de dólares procedentes de cuatro fuentes de financiamiento: el 60,04 % del dinero pagado por personas naturales y jurídicas, por la Ley Solidaria del Terremoto; el 27,6 % de créditos internacionales; el 6,01 % de una donación china (145 millones) y el 6,35 % de recursos estatales.

El reporte del Servicio de Rentas Internas (SRI), de la recaudación de la Ley Solidaria hasta marzo pasado, precisa que en diez meses se recaudaron 1.336 millones de los 1.447 previstos hasta mayo, que constituyen el grueso de un financiamiento con fecha de caducidad.

Hasta ahora son más los proyectos en construcción y en fase de contratación que los que han culminado y que están en funcionamiento.

El Gobierno registró daños en 69.335 edificaciones, de las cuales 10.321 entraron en proceso de demolición que, en algunas partes, todavía no acaba. Entre los derrocamientos están tres hospitales públicos, de los cuales solo uno, el Napoleón Dávila, de Chone, tiene un avance en su nueva construcción del 20 %.

En cuanto a los centros de salud, destruidos por el terremoto, la rehabilitación se completó en 14 de ellos en Tosagua, Chone, Manta y Cojimíes, pero las obras continúan en otros.

Con relación a las viviendas, se ha reparado el 70 % de las 18.945 viviendas afectadas; se ha construido el 22 % de las 22.154 casas nuevas programadas en terrenos propios; y se ha entregado el 30 % de las 4.341 soluciones habitacionales planificadas en 21 reasentamientos poblacionales, en cuatro provincias del país, la mayoría inaugurada en los últimos tres meses de este 2017.

Del resto de edificaciones, una parte está en proceso de construcción y la otra falta por contratar, por lo que aún hay, según las cifras oficiales hasta el 4 de abril, unas 933 familias (3.621 personas) en albergues temporales oficiales. En junio del 2013, tres meses después del terremoto, esa cifra era de 2.133 familias (8.282 personas) en 25 albergues que hoy se han reducido a 16.

En saneamiento ambiental hay 18 proyectos en marcha, en doce cantones de la provincia de Manabí, a un costo de 65 millones de dólares.

La reconstrucción también contempla a puertos pesqueros, con un financiamiento de 63,6 millones de dólares para Cojimíes, Puerto López, Arenales de Crucita y San José de Chamanga. En vialidad, hay 18 tramos en rehabilitación en Manabí y 5 en Esmeraldas, además de un puente peatonal en Muisne y trabajos emergentes en el Puerto de Manta.

En Educación, los trabajos de reconstrucción se están ejecutando, además de cuatro universidades, en 26 escuelas provisionales en Manabí y Esmeraldas; en 10 unidades educativas del Milenio de Portoviejo, Manta, Jipijapa, Bolívar, Santo Domingo, El Carmen y Jama, y en 207 unidades Siglo XXI.

El alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, dijo a este Diario que están en marcha todos los proyectos en los que el Municipio le corresponde hacer estudios y fiscalizar. Estima que concluirán en este año, en la mayoría de los casos, entre ellos el mercado de Calderón, la regeneración de 11 manzanas y el parque La Rotonda.

Aclara que aunque lo público ha avanzado, lo privado no sigue al mismo ritmo porque el costo de reconstrucción es muy alto. Solo en Portoviejo fueron afectados 800 edificios.

Una situación similar ocurre en Manta, Bahía, Jaramijó, Tosagua, Pedernales, Canoa, en donde muchas edificaciones con daños parciales siguen así, o en caso de haber sido demolidas, en donde antes hubo comercios, hoteles u otros negocios, lo único que hay hoy es un solar cercado.