Obra de teatro en las escuelas. Bastaron veinte minutos para dejar el mensaje claro: es importante reciclar, con eso se evita contaminar y puede ser una forma de ganar dinero. Es lo que aprendieron los estudiantes de la escuela Jaime Roldós Aguilera despu

Si se recicla, es solo para los ‘chamberos’

Puerto Limpio recoge un promedio de 4.200 toneladas de basura al día y aunque no tiene datos exactos, estima que el 15 % de ello es material inorgánico, que se podría haber reciclado, pero que pierde su valor al mezclarse con el resto de desechos.

Puerto Limpio recoge un promedio de 4.200 toneladas de basura al día y aunque no tiene datos exactos, estima que el 15 % de ello es material inorgánico, que se podría haber reciclado, pero que pierde su valor al mezclarse con el resto de desechos.

Es decir, cada día se estarían perdiendo 630 toneladas de desechos reciclables, lo que significa un incremento al volumen general de basura en la ciudad, con el consecuente aumento de gases de efecto invernadero que aportan a la huella de carbono y al cambio climático.

El Departamento de Ambiente del Municipio porteño estableció que la Huella de Carbono del cantón en 2014 era de 6’787.374 toneladas de CO2.

Estaba compuesta en un 39 % por el sector transporte, seguido del de residuos (25 %) y el residencial (16 %); mientras que los sectores industrial y comercial/institucional aportaban con el 20 %.

Es decir, el segundo aporte proviene de los residuos.

Por ello, Puerto Limpio suma esfuerzos para enviar el mensaje de la separación en la fuente. Primero con la campaña ‘Desechos sin desperdicios’, en la que pide al ciudadano que en lugar de mezclar los desechos, clasifiquen los reciclables: papel, plásticos y metales.

Ahora va a las escuelas con la obra de teatro ‘Los superaliados de la limpieza’, para de forma didáctica enseñar a los chicos la importancia de reciclar.

Importante por dos puntos, dice Karla Aguas, vocera de Puerto Limpio. Primero, por el cuidado del ambiente, separando aquellos materiales a los que se les puede dar un nuevo uso, tanto en la industria o en casa. El segundo, es el valor que tienen estos materiales para los recicladores o también conocidos como ‘chamberos’.

“En cada barrio siempre hay un reciclador que es conocido y al que podríamos ayudarle separando lo que se puede llevar. Así, además de colaborar con ellos, contribuimos a la limpieza de la ciudad, pues así estos chamberos no tendrán necesidad de romper las fundas y dejar la basura regada”, dice.

Es que en la práctica, el ‘reciclaje’ que estas personas hacen de manera informal deja un panorama de suciedad y genera molestias para los vecinos, quienes consideran que estas prácticas deben ir sujetas a reglamentaciones y sanciones.

Aparte de estas iniciativas existen programas que empresas y hogares efectúan por su cuenta (incluso hay una norma del INEN para separar desechos por colores de fundas y tachos), pero al final, todo va al botadero general. Salvo que antes se lo lleve el ‘chambero’.