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La receta que falta a la seguridad

Expertos analizan los puntos que se necesitan cubrir para bajar el índice delincuencial, principalmente en la ciudad de Guayaquil

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Guayaquil. En 2021 cerró como la ciudad más violenta del país, con una tasa de homicidios de 21,2 personas fallecidas por cada 100.00.Amelia Andrade / Expreso

Bala, sangre y muerte. Los moradores de la cooperativa Guayas y Quil, en el sur de Guayaquil, ya ni se sobresaltan cuando en sus calles ocurre un asesinato. A diario, la bala zumba no solo en ese sector de la ciudad, sino en casi todos sus rincones donde se generan crímenes asociados a supuestos ajustes de cuentas, que colocan al Puerto Principal con el índice más alto de su historia, en muertes violentas.

Y las cifras así lo corroboran. De los 1.975 homicidios intencionales que se registraron entre enero y octubre de 2021 en el país, el 47 % (933) ocurrió en la Perla del Pacífico. Una cifra alarmante si se compara con las registradas en la ciudad, durante el mismo período de 2020, que fueron 280. Es decir, más de 653 crímenes.

La situación ha llevado a las autoridades nacionales y locales a tomar medidas, dentro de las que se han incluido repetidos estados de excepción que han sacado a las calles a militares hasta con tanques de guerra para combatir a enemigos internos: bandas criminales y la delincuencia común, que también ubica a la ciudad en el primer puesto de los delitos de impacto social. Principalmente, el robo a personas, con un 32,7 % de las 18.224 denuncias que se registraron a escala nacional, entre enero y septiembre de 2021, según el Grupo de fortalecimiento estadístico del Ministerio de Gobierno.

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El 2021 fue el año más violento en la última década

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Pero ni la presencia militar y el despliegue de grupos especiales de la Policía Nacional han logrado frenar los enfrentamientos armados en las calles y mucho menos el asalto a personas, el robo de vehículos y motos, todos los días y a toda hora. ¿Qué está fallando? ¿Qué puntos no se están considerando dentro de los planes que se han desplegado para combatir eficazmente a la delincuencia?

El investigador y científico Fernando Carrión Mena, experto en seguridad ciudadana, considera que hay un contexto estructural que es difícil modificar, pero que hay que hacerlo.

“En la parte estructural, el Gobierno tiene que crear un Ministerio de Seguridad (...) separar del Ministerio de Gobierno toda el área política, y toda el área social hacer ese Ministerio en el que debe estar la Policía, el sistema carcelario”, determina el experto.

Y, para enfrentar de manera directa a la delincuencia hay que generar políticas de prevención y atención en tres ejes: primero, la prevención situacional. Poner “tickets al crimen en el espacio público”, lo que significa iluminación, mobiliario, nomenclaturas, etc. “Los lugares donde hay mayores robos, homicidios, etc. son lugares sin iluminación (...) y lo que se debe hacer es iluminar el espacio público. Hay puntos que se denominan puntos rojos, como son las paradas de buses, hay que trabajarlos; otro, los ingresos a los colegios, hay que ir identificándolos y ahí hacer políticas de prevención situacional.

El segundo eje tiene que ver con la prevención comunitaria. La policía de las UPC y la organización de la población como mecanismo de autodefensa, en el que puede incluirse la tecnología. Por ejemplo, explica Carrión, si en el barrio se forma un chat “puede ser un poderoso instrumento” en caso que se cometa un robo en una casa, para que se comunique en el grupo y la gente salga, además de la capacitación a la ciudadanía y la rotación permanentemente de los policías.

El tercer eje apunta a la prevención social que tiene que ver con lo estructural: mejorar el empleo, reducir la pobreza; además de fortalecer las instituciones del sistema penal: Policía, Función Judicial y las cárceles.

El general en servicio pasivo Abraham Correa Loachamín considera que hace falta mayor colaboración ciudadana. “A veces (...) no quieren una ayuda cuando van a retirar o depositar dinero en bancos, empresas (...) hay que hacer conciencia de eso porque la Policía sí previene, sí planifica, pero realmente los ciudadanos no colaboran (...) hay muchas situaciones que se dan, por lo que hay que tomar precauciones cuando se sale de casa, al trabajo, en centros comerciales, cuando se van a divertir, evitar inclusive andar solo”, recomienda.

Con él concuerda el teniente coronel Rodrigo Braganza, jefe de seguridad de la UEES. “Particularmente pienso que el trabajo entre la autoridad, justicia y comunidad deben estar siempre de la mano (...). La seguridad es de todos, eso es lo que tenemos que entender”.

Igual que Carrión subraya en la recuperación de espacios públicos, lo que se trabaja con la comunidad. Habilitar parques, atender sitios que están sucios, oscuros, los que se convierten en “guarida de delincuentes”. “Se ha comprobado que cuando se recupera un lugar, el delincuente se va”, afirma.

En lo que se refiere a muertes violentas, el oficial en servicio pasivo menciona que se debe trabajar bastante con los heridos, quienes a futuro se convierten en víctimas. “El índice de heridos suele ser el doble de muertos, entonces hay que trabajar en eso. Se debe ubicarlos para que la policía nacional haga visitas esporádicas”.

A eso suma la inversión en tecnología de punta, para reconocimiento facial, lectores de placas y de esa forma se puedan identificar a delincuentes en determinados sectores.

Un exjefe del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) que pide la reserva de su identidad apunta a la formación inmediata de un Grupo de Inteligencia Antidelincuencial (GIA), conformado por exagentes como el desaparecido Grupo de Apoyo Operacional (GAO).

También recomienda que exista la decisión política para respaldar y garantizar las actuaciones policiales, así como “elevar el espíritu de trabajo del personal policial, para lo cual se debe devolver el fuero de Corte y las Cortes Policiales.

Además de asignar al nuevo grupo una instalación independiente de las unidades policiales, con recursos económicos para reclutamiento y pago de informantes, vehículos particulares, medios logísticos en general. También, “reclutar y comprometer a fiscales y jueces que realmente quieran trabajar con esa Unidad, que no les tiemble la mano el rato de actuar”.

Críticos

En los meses de septiembre y octubre de 2021 se dispararon las muertes violentas. En el primero se registraron 205, mientras que durante el segundo 106.

Los operativos tras los repuntes

  • Resultados en la última excepción

Cifras. A mediados de noviembre se habían ejecutado cien mil operativos entre las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. De 113 homicidios intencionales bajaron a 92. 1.355 detenidos, principalmente por robo a personas.

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DÍAS de estado de excepción permitieron la desarticulación de 43 bandas criminales, según las autoridades.