El rebacheo de las pistas

hasta la saciedad se ha informado de los huecos que las lluvias forman en el asfalto de las vías. Guayaquil no es para nada la excepción; por el contrario, es común que en cada invierno ocurra el deterioro de sus pistas. Y se entiende que para enfrentar esta problemática exista un presupuesto anual. Lo que no entendemos es por qué no se arreglan de inmediato y se deja que los forámenes se hagan más grandes. Sucede por ejemplo, en el cruce de Rumichaca y Clemente Ballén donde un gran hueco en forma de franja obstaculiza la circulación. Y así como leo en los diarios, hay muchos en diferentes zonas de la ciudad.

Inés Bravo