Racistas y refugiados batallan en Alemania

Unos ochenta ultraderechistas y una veintena de solicitantes de asilo se enfrentaron violentamente la noche del miércoles en la localidad de Bautzen (este de Alemania), informó ayer la policía tras desplegar un centenar de agentes en esa pequeña ciuda

Unos ochenta ultraderechistas y una veintena de solicitantes de asilo se enfrentaron violentamente la noche del miércoles en la localidad de Bautzen (este de Alemania), informó ayer la policía tras desplegar un centenar de agentes en esa pequeña ciudad del estado de Sajonia.

En rueda de prensa, el director de la Policía local, Uwe Kilz, explicó que los incidentes comenzaron cuando el grupo de refugiados, menores de edad, comenzó a lanzar botellas y piedras a los ultras.

En las últimas semanas se habían registrado ya otros episodios violentos con la participación de menores refugiados y las autoridades locales anunciaron la prohibición del alcohol en los centros en los que están acogidos, donde regirá además un toque de queda.

No es la primera vez que Bautzen, de 40.000 habitantes, cobra protagonismo en Alemania durante la crisis de los refugiados, después de que en febrero ardiera un hotel habilitado como albergue de acogida y la policía detuviera a tres personas que trataban de impedir el trabajo de los bomberos, mientras grupos de vecinos festejaban el fuego.

Según el relato policial, la tarde del miércoles, tras recibir llamadas que alertaban de una pelea en el centro, los agentes encontraron a alrededor de 80 jóvenes, hombres y mujeres, la mayoría pertenecientes a círculos de derechas, en actitud violenta y gritando proclamas como “Bautzen pertenece a los alemanes”.

Frente a ellos había entre quince y veinte jóvenes solicitantes de asilo que, según testigos, habían sido los desencadenantes de los altercados.

La policía formó una cadena para separar a los dos grupos y los instó a abandonar el lugar, pero los agentes fueron atacados con botellas y tablones por los refugiados y finalmente utilizaron material antidisturbios para dispersarlos.

El grupo de solicitantes de asilo dejó el lugar perseguido por los ultras mientras la policía, que pidió refuerzos, intentaba mantenerlos separados.

Los refugiados se escondieron finalmente en un centro de acogida, que fue rodeado por los agentes para evitar ataques del otro bando, mientras se establecían también dispositivos de seguridad en otros tres albergues de la ciudad.

Un joven marroquí de 18 años presentaba cortes en los brazos y, cuando la policía pidió una ambulancia, los ultras intentaron impedir que llegara al albergue, tirando piedras.

El alcalde de Bautzen, Alexander Ahrens, condenó ayer los graves incidentes del miércoles, que situó en una “nueva dimensión”, y garantizó que se reforzarán las medidas de seguridad en el centro de acogida de la localidad.