Entre 2007 y 2008 la Asamblea Constituyente de Montecristi marcó un hito en la historia política de Ecuador.
Entre 2007 y 2008 la Asamblea Constituyente de Montecristi marcó un hito en la historia política de Ecuador.ARCHIVO EXPRESO

Asamblea Constituyente en Ecuador: qué es, cómo funciona y cuánto duraría el proceso

Noboa apuesta por una Asamblea Constituyente. Aquí te explicamos paso a paso cómo funciona este proceso y qué tan largo es

El presidente de la República, Daniel Noboa, lo ha dicho claro: quiere una Asamblea Constituyente. Y aunque la idea no es nueva (ya la mencionó durante su campaña presidencial de cara a las elecciones de 2025), esta vez la propuesta toma forma.

Pero, ¿qué significa esto exactamente? ¿Cuánto puede tardar? ¿Y qué pasos debe seguir? Aquí te lo explicamos.

¿Qué es una Asamblea Constituyente?

Una Asamblea Constituyente es un mecanismo extraordinario que permite cambiar por completo la Constitución de un país. No se trata de modificar uno que otro artículo, sino de escribir una nueva Carta Magna desde cero.

En Ecuador, este camino no es cualquiera. Existen tres vías para cambiar la Constitución:

  • Enmiendas
  • Reformas parciales
  • Y, la más profunda de todas, la Asamblea Constituyente

Cada una tiene su propósito y sus reglas. No se pueden usar al gusto del gobierno de turno. En este caso, Noboa apunta a la más radical: reescribirlo todo.

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¿Por dónde se empieza?

El primer paso no depende de Noboa, sino de la Corte Constitucional, que actúa como guardiana de la ley en Ecuador.

El presidente debe presentar una propuesta formal en la que justifique por qué quiere convocar a una Asamblea Constituyente. En ese documento, debe explicar:

  1. Qué quiere cambiar de la Constitución
  2. Por qué esos cambios no se pueden hacer por otras vías legales
  3. Cómo se elegirían los nuevos asambleístas que escribirían la nueva Constitución

La Corte no solo revisa si el pedido es válido, también evalúa si la pregunta que se haría en una consulta popular cumple con los requisitos legales: que no induzca a una respuesta, que sea clara y que respete los derechos democráticos.

Este paso puede tomar entre uno y dos meses, dependiendo del ritmo de la Corte.

El presidente Daniel Noboa impulsa una Asamblea Constituyente como parte de su plan para
El presidente Daniel Noboa impulsa una Asamblea Constituyente como parte de su plan para "refundar" Ecuador.Flickr: Presidencia de la República

¿Y después qué? La consulta popular

Si la Corte da luz verde, Noboa podrá emitir un decreto presidencial para convocar a una consulta popular.

Esa consulta les preguntará a los ecuatorianos si quieren o no instalar una Asamblea Constituyente. Según el Código de la Democracia, el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene 15 días para convocar al proceso electoral, y la votación debe realizarse en un plazo de 60 días.

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Es decir, en unos dos meses y medio, Ecuador podría estar votando sobre la creación de una nueva Asamblea.

¿Y si gana el "Sí"?

Si la mayoría de la ciudadanía aprueba la convocatoria, entonces viene otra elección: la de los asambleístas constituyentes.

Estas personas serán las encargadas de redactar la nueva Constitución. Su forma de elección, número y reglas estarán definidas en un estatuto redactado por la Presidencia y aprobado por la Corte Constitucional.

¿Cuánto puede durar todo el proceso?

No hay un tiempo exacto, pero sí algunas referencias. En 2007, con Rafael Correa, la Constituyente de Montecristi se planificó para seis meses, aunque terminó durando casi ocho. Al final, el texto elaborado se sometió a un tercer proceso de votación: un referendo para que la gente decidiera si entraba en vigencia o no.

Así que, entre papeleo, consultas, elecciones y campañas, el proceso completo podría durar entre seis meses y más de un año. Y eso si todo va sin tropiezos.

Largo, complejo y costoso

Además del tiempo, una Asamblea Constituyente implica altos costos económicos y logísticos. Cada elección requiere organización, recursos y campañas. Y mientras tanto, el país debe seguir funcionando con normalidad.

Por eso, aunque la idea de una nueva Constitución puede sonar atractiva para algunos sectores, no es una decisión que se tome a la ligera.

Lo que viene

Por ahora, todo está en manos de la Corte Constitucional. Si aprueba el pedido del presidente Noboa, Ecuador se embarcará en un proceso político de alto impacto, con el potencial de redibujar completamente las reglas del juego.

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