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Las Pymes y los cuadernos

A pesar de los embates diarios que las Pymes ecuatorianas enfrentan para poder subsistir, ellas son muy representativas en la economía nacional. Su escenario ha sido siempre complejo, tanto por la situación económica como por la falta de políticas de incentivos a la producción.

Recién se escucha con seriedad que la banca pública a través de la CFN, del Banco del Pacífico, y de BanEcuador, han tomado su rol de desarrollo, reconociendo que el dinamismo de la economía esta justamente en esa capacidad de emprender, sostener y permitir que crezcan los negocios.

Más de treinta mil pequeñas y medianas empresas que existen en el Ecuador y representan sobre el 90 % de las unidades productivas, dan el 60 % del empleo, participan en el 50 % de la producción, y generan casi el 100 % de los servicios que un ecuatoriano usa en un día (por ejemplo: tienda, almuerzos, copias, ‘cybers’, buses, etc.), según estudios del Grupo Enroke.

Recordemos que las Pymes del Ecuador son aquellas unidades productivas que registran ventas no mayores a un millón de dólares. Ventas que no deben estar ausentes de un gran sacrificio, angustias, momentos críticos en los cuales el pago de la planilla salarial, a los proveedores y a los servicios que necesitan se vuelve un juego de malabares.

El portal La Fuente desnudó el mecanismo de financiamiento de las últimas campañas electorales y según el reporte se “recibieron US$ 7 millones en efectivo para este fin, los cuales fueron entregados en las oficinas ubicadas en la Av. Brasil y Pasaje Lucas Majano”. Líderes de la revolución ciudadana “negociaron y gestionaron directamente con las empresas e instituciones. Espinoza y Beltrán se encargaron del seguimiento hasta la obtención del dinero. Este distribuía a los miembros del equipo de campaña con autorización de Baroja, Pabón y Glas”. ¿Perdón?, o sea, ¿más de treinta mil empresas subsisten durante décadas para hacer un patrimonio de unos cientos de miles durante toda su vida, mientras la clase política de un solo plumazo distribuye a diestra y siniestra 7 millones de dólares? Si creemos que esto es correcto, ya no tenemos remedio.