Lo publico de lo privado
Por exigir respeto a lo privado, nos llamaron ‘vendepatrias’. A muchos profesores nos echaron a la calle, con contrato y título vigentes (la ‘revolución educativa’ fue una farsa para meter mano en la autonomía universitaria). El Telégrafo (prensa incorrupta) pide discreción ‘privada’ para un presunto caso de violencia de género de su director. Es peligroso confundir lo público con lo privado, lo ajeno con lo propio. Los fondos públicos no son de la ‘revolución’ ni de ningún partido que maneje el Estado (son del público no del sector público). Separemos bien privado de bien común. Aquí no es Cuba ni Venezuela. Aquí se respeta la vida privada y el derecho al patrimonio familiar.
Paul Tapia Goya