La proxima agenda de China
En Pekín dialogué con funcionarios chinos y asistí al Foro de Desarrollo de China (CDF por su sigla en inglés), principal encuentro anual de altos funcionarios y ejecutivos de empresas. El Gobierno chino acababa de dar a conocer su décimo tercer Plan Quinquenal, con un nuevo tema principal: la “reestructuración del lado de la oferta”, una amplia gama de políticas para impulsar el crecimiento económico y los estándares de vida, con un punto preponderante, el de eliminar parte del exceso de capacidad de las empresas estatales en las industrias de acero y carbón. Esto implica la pérdida de unos cuatro millones de empleos (aproximadamente 0,5 % de la fuerza laboral china). El plan autoriza un fondo especial para ofrecer asistencia a quienes sigan desempleados, aunque los expertos creen que se necesita un recorte mucho mayor, pero las autoridades empiezan a paso lento para ver los resultados y monitorear la respuesta de la población. China también trasladará a millones de personas de zonas agrícolas de baja productividad a decenas de ciudades nuevas, con planes ambiciosos de construir 50 aeropuertos nuevos y miles de kilómetros de caminos y vías férreas. Además promocionan el proyecto “Un cinturón y un camino”, que utilizará asistencia financiera y recursos chinos para desarrollar puertos, vías férreas y autopistas que los comuniquen con otras partes de Asia y potencialmente Europa, a fin de expandir la influencia dentro y fuera de la región, ofrecer una oportunidad para exportar parte de la capacidad industrial excesiva de China y estimular la innovación a través de investigación y desarrollo, incluso reduciendo las tasas impositivas para firmas de alta tecnología. La reforma impositiva también extenderá el impuesto al valor agregado de China al sector de servicios. Y las reformas financieras eliminarán los límites de las tasas de interés activas y pasivas. A pesar de las quejas de empresas norteamericanas que compiten con productos chinos por la caída del renminbi en relación al dólar, este se ha fortalecido un 25 % en relación a las monedas de otros países avanzados desde 2010. También las políticas para mejorar el medioambiente están al tope de la agenda para los próximos cinco años. La población está ansiosa porque el aire, los ríos y la tierra sean más limpios, y para lograrlo se adoptarán nuevas regulaciones y se crearán “bonos verdes” para financiar la descontaminación y las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. Por otra parte, el ratio de préstamos bancarios y PIB es casi el doble que en EE. UU., pero aun si ese porcentaje fuera superior, resolver las deudas incobrables implicaría transferir las pérdidas de las empresas y bancos estatales al Gobierno, y como la deuda de este es relativamente baja -un 17 % del PIB- no le resultaría difícil absorberlas e incluso hacerse cargo de las deudas excesivas de los gobiernos locales. Lo que no se discutió en el CDF fueron las principales medidas enérgicas contra la corrupción, ni la preocupación generalizada por un giro ideológico hacia la izquierda que podría amenazar los derechos de propiedad y llevar a una fuga de capitales.
Project Syndicate