El titular del Consejo Nacional Electoral ha insistido en que los candidatos que participen en los próximos comicios tienen que someterse a las órdenes de esta institución para el arranque de la campaña electorera, o sea 60 días antes de que nos toque ir a las urnas. Y, por supuesto, ha hecho conocer también las leyes y normativas correspondientes en que se señalan las sanciones que deben recibir quienes impacientemente (“al que madruga Dios lo ayuda” o “el que pega primero pega dos veces”) hagan propaganda en favor propio, los presidenciables y vicepresidenciables, o recomienden sus listas a la legislatura, que recién se están conformando mientras se llevan a cabo los pactos que permitan hacer uso del principio aquel que dice que “la unidad hace la fuerza”.

No por narcisismo, que parte de un exagerado “ego”, los ciudadanos acostumbran a hablar bien de sí mismos, con excepción de los arrepentidos o de los poetas fatalistas que a veces terminan yéndose de este valle de lágrimas por sus propias manos. Y cuando se meten en política lo hacen con mayor razón, ya que eso implica tratar de ganarse la voluntad popular que es la que conduce al poder a los partidos políticos y a sus líderes en los países donde se ejerce una auténtica democracia. Por eso, la exageración, a veces ridícula, en la forma de promocionarse, debe ser evitada por cada quien si es que aspira a llegar a Carondelet o a una curul en el Palacio Legislativo.

La oposición está insistiendo en que las disposiciones del CNE no se están observando por parte de quienes conforman el partido de Gobierno que, precisamente, aprovecha la oportunidad de tener la sartén por el mango para hacer propaganda a través de las obras públicas que se inauguran, o se recuerda al respetable de todo lo que se ha hecho en este largo período, una década nada menos, del régimen correísta. Esta “competencia desleal” es imitada en los gobiernos seccionales magnificando la obra pública que realizan, bautizándola no con el nombre de la institución ejecutora sino del alcalde o prefecto que, por supuesto, aspiran una reelección en los próximos comicios del 2018. Y hasta ministros y funcionarios de angora también se promocionan para que no los olviden.

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