Prision preventiva
Según una investigación realizada por Diario EXTRA son muchas las personas que por mala administración de la justicia sufren un daño que legalmente no están obligados a soportar. Dice que de acuerdo a la Defensoría Pública, “el 40 % de los detenidos a los que se impuso prisión preventiva fueron declarados inocentes”.
Teniendo en cuenta que una de las motivaciones para dictar prisión preventiva es cuando el juez teme que el sospechoso se fugue del país, me pregunto cómo podrá salirse del país una persona sospechosa “de receptar un objeto sustraído”.
Trátese de un joven que está detenido por tener un televisor que ha sido robado. Hubo la audiencia y nadie lo señaló como autor de hurto o robo, sin embargo, el detenido mostró fotografías de quien le había dicho que le tenga el televisor y que volvería a recogerlo.
Podemos comprender que ciertas prisiones preventivas se dictan por la importancia de la presencia del acusado en audiencia. Sin él, el proceso no avanza. Y eso sería perjudicial y aumentaría la impunidad. Es lógico. Pero no es nada fácil entender cómo por más de tres meses una pareja permaneció detenida, acusada de secuestrar al hijo que tienen en común. ¿Acaso nadie les creyó que eran los padres del niño? Suena absurdo, ¿no? Pues encarcelados estuvieron hasta que realizaron la prueba de ADN.
¿Qué pasa por la cabeza de los jueces antes de dictar prisión preventiva? ¿Serán capaces de entrelazar una motivación que garantice el debido proceso y el inicio de un proceso debidamente sustentado para que el culpable no se quede sin castigo?
Habría que preguntarle uno a uno, con discreción y frontalidad, si en realidad no los motiva el temor frente a la presión de otras autoridades, de la prensa o de los involucrados en el hecho que se investiga.
En todo caso, más notorios resultan los procesos administrativos a los jueces por no dictar órdenes de prisión, que por haberlas dictado ligeramente.