
Prision para padres de ninos degollados
Se declararon inocentes, pero eso no bastó para salvarse de la cárcel. Los padres de los menores de 4 y 6 años de edad que fueron degollados mientras dormían en su casa, tienen orden de prisión preventiva.
Se declararon inocentes, pero eso no bastó para salvarse de la cárcel. Los padres de los menores de 4 y 6 años de edad que fueron degollados mientras dormían en su casa, tienen orden de prisión preventiva.
La jueza Elsy Martínez, de la Unidad Judicial Multicompetente Penal de Santa Elena, dispuso la medida cautelar al finalizar la audiencia de flagrancia, desarrollada la mañana de ayer.
El padre de los pequeños expuso que cuando se despertó, a eso de las cuatro de la madrugada del miércoles, vio una sombra que salía del cuarto de sus hijos. La mujer sostuvo que se levantó detrás de su marido y encontró a sus hijos asesinados.
El fiscal que investiga el caso, Nixon Chang, procesó a ambos por asesinato. Sostuvo que lo hizo porque los peritos encargados de la investigación encontraron la casa, ubicada en el barrio Arena y Sol de la parroquia José Luis Tamayo también conocida como Muey (cantón Salinas), herméticamente cerrada y sin huellas de que alguna entrada esté violentada.
“A criterio de la Fiscalía, las únicas personas que estaban en el interior del inmueble cuando ocurrió el trágico hecho eran ellos. Además, hay versiones que en la unión conyugal constantemente había agresiones, por eso pedimos la prisión preventiva”, dijo el fiscal.
El abogado Víctor Tomalá, defensor de la madre, manifestó que ella no tiene ninguna responsabilidad. “Ella se acostó a dormir a las doce de la noche y se despertó a las cuatro. Cuando acudió al dormitorio de sus hijos ya estaban muertos y empezó a gritar”, relató.
Los que conocen al progenitor de los menores fallecidos aseguran que este no sería capaz de matarlos. “Es un joven de buena conducta, trabaja en una cadena de comisariato y es uno de los mejores empleados, no es ningún borracho y drogadicto como se anda diciendo”, defendió José de la Rosa.
Mientras la pareja era trasladada hasta la cárcel de Guayaquil, demás familiares y vecinos velaban los cuerpos de los pequeños en una capilla ardiente que se levantó en los bajos del edificio parroquial.
La mañana de ayer, los féretros fueron llevados a la escuela El Vigía donde estudiaban. Hoy está prevista la sepultura.