Los primeros

Desde 1933, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt pidió que le den cien días para aplicar y demostrar la viabilidad de su propuesta de gobierno intitulada New Deal (Nuevo Trato) para sacar de la gran depresión de 1929 a EE.UU., se institucionalizó en el análisis político este referente temporal simbólico para evaluar el inicio y despegue de una gestión gubernamental, particularmente en relación con las prioridades del mandato y vinculaciones con los otros poderes del Estado, la sociedad y la economía.

Desde el 24 de mayo que el presidente electo Lenín Moreno tomó posesión en la Asamblea mucha agua ha corrido debajo de los puentes, lo que permite sostener que trae un estilo particular de gestión del Estado y que tiene un plan y hoja de ruta propios para su gobierno. Lo cual contradijo los yerros y equivocaciones de los opositores del anterior régimen, que cegados ideológicamente no podían aceptar que haya una continuidad electoral del mismo signo político con diferencias marcadas a múltiples niveles, como cambios significativos en lo programático y en el manejo del Estado. Incluyendo, una capacidad de negociación y talante democrático para manejar adecuadamente a su bancada en la Asamblea para evitar divisiones. Hasta el momento, el presidente Moreno y su equipo de gobierno han demostrado colectivamente que tienen un estilo basado en la apertura al diálogo y la búsqueda de consensos con actores políticos, líderes sociales y agentes económicos; y que también poseen un plan de gobierno que ha permitido formular un Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021, que se encuentra en proceso de divulgación y sociabilización, a lo que se agrega una propuesta de reactivación económica que está en su etapa de formulación y negociación respectiva.

Nos encontramos ante un escenario global sumamente complejo y accidentado, pero también el escenario nacional es crítico y complicado; debe asumir una postura de estadista en función de claros objetivos nacionales que beneficien a las mayorías. Esperamos no se entrampe en la satisfacción de intereses privados, ni asuma una actitud bonapartista.