
El primer salto al vacio
Tras salir del colegio, los jóvenes se enfrentan a su primera gran decisión de vida. El peso de ello puede causarles presión
Para algunos es como pararse al filo de un abismo que se debe saltar, solo, sin ayuda. Se trata de la primera gran decisión que deben tomar y que puede determinar su futuro: definir qué van a hacer una vez que se han graduado de bachilleres y deben ponerle un rumbo a sus vidas.
Para muchos es un dilema y un período de dudas: ¿estoy eligiendo bien?, ¿estoy tomando la decisión correcta?, ¿no me arrepentiré?. El miedo y la incertidumbre los mantienen intranquilos. Los padres pueden aconsejarlos y respaldarlos, pero la decisión final será de ellos.
En esta semana, más de 45.000 estudiantes se graduaron de bachiller en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). Diario EXPRESO conversó con varios jóvenes para conocer las expectativas y temores que les causa esta crucial etapa.
A Ivanna Ochoa, de 18 años, se le hiela la sangre cuando piensa en su futuro. Quiere ir a la universidad, pero todavía no sabe cómo hacerlo. Pedir asesoría a sus hermanos mayores, que ya pasaron por esa etapa, es una de las opciones que baraja, aunque cree que eso sería continuar por la ruta que siempre ha caminado; es decir, donde los demás resolvían su vida. ¿Entonces qué hará?. Medita y responde con algo de recelo: “Lo primero será organizarme, antes de tomar cualquier decisión”.
Se siente angustiada y lo manifiesta en su pálido rostro y en los movimientos de sus manos que frota cada vez que piensa que solo hay 5.000 cupos para los cursos de nivelación en la Universidad ‘Estatal’, donde se prevé que postularán más de 100.000 estudiantes. Quedarse fuera la obligaría a elaborar un plan B que aún no tiene. La universidad privada es esquiva para ella.
Leonardo Rivera Valle, de 18 años, quiere independencia económica y para ello busca un trabajo. Desde hace meses revisa en las páginas de clasificados alguna oferta laboral que vaya acorde a sus habilidades. Pero tiene miedo de no lograr su objetivo.
A este chico tímido le angustia pensar que podría formar parte del índice de desempleo; pero también señala que le duele la barriga cuando sueña con su primera entrevista de trabajo. Lo mismo sentía cuando le tomaban alguna lección en el colegio.
En cambio, Luis Triviño, de 17 años, parece que tiene claro su futuro. En los próximos días tramitará un crédito o una beca para estudiar en el extranjero.
Hasta tanto, le toca lidiar con el enfado y tristeza de sus padres que no quieren que se vaya de la casa. Siente remordimiento por tener que dejarlos, pero “la decisión ya está tomada”.
Así como ellos, la mayoría de los consultados quiere estudiar, otros irán a trabajar; unos pocos respondieron que deseaban hacer las dos cosas; en cambio, la minoría manifestó que todavía no había decidido qué hacer. Pero todos coincidieron en que tendrán que aprender a desenvolverse solos, ahora que deben tomar las riendas de su futuro.
Psicólogos y orientadores familiares concuerdan en que una gran cantidad de chicos termina la secundaria con muchas dudas acerca de lo que quieren ser, o sienten que no están preparados para afrontar solos esos retos.
Muchos chicos pueden sentir estrés por la presión que ejerce la familia a cumplir determinadas expectativas o por la propia imposición a la que ellos se someten.
Depresión, ansiedad, trastornos de problemas alimenticios, dolores de cabeza, cambios en su conducta, pesimismo y autocrítica, son algunos de los trastornos que pueden llegar a desarrollar en esta etapa de transición.
Ingresar a la universidad, conseguir un primer empleo, darse un tiempo para reflexionar, viajar, son algunas opciones que se plantean al terminar el colegio.
La familia debe tener paciencia y guiarlos para que escojan lo que realmente los motive.
En Ecuador, la cifra de desempleo llega al 5,2 %, según la última Encuesta Nacional de Empleo y Desempleo (Enemdu) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) que incluyó a 31.092 hogares.
Patty Hunter, gerente en Liderazgo Educativo y directora del departamento de Bienestar Estudiantil de la Universidad Santa María, dice que hay que respaldar a los jóvenes en sus buenas decisiones, darles apoyo y orientación durante este período.
Factores a considerar después de graduarse
Después de acabar la secundaria hay que considerar muchas opciones, tomando en cuenta una variedad de factores. Para aquellos que quieren proseguir con la educación superior, existen distintas maneras de lograrlo. Si el financiamiento es una fuente de preocupación puede solicitar un crédito educativo que ofrecen varias entidades bancarias o gestionar becas para diferentes programas. También puede investigar la ayuda financiera que ofrecen las universidades.
Si está preparado para entrar al mundo laboral, debe pensar qué tipo de oficio le gustaría ejercer. La mayoría de jóvenes que entra a trabajar después de graduarse en el colegio necesita el mismo nivel de habilidades que aquellos que comienzan una carrera universitaria.
Si no está convencido sobre cuál es el siguiente paso, un año sabático puede ser de gran ayuda para participar en diferentes actividades.